Kagome es una chica caprichosa, eso ella lo sabe.
Siempre consigue lo que quiere, porque cuando se propone algo lo cumple y ahora sus ojos cayeron sobre el profesor más deseado en la facultad. Ella sabe quién es él, sabe que está casado, pero acerca...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mis ojos se pasean por la única fotografía en el documento, detallo todo con tranquilidad y mis dedos se deslizan por el rostro masculino del cual es protagonista esta foto. Parpadeo y muerdo mi labio inferior antes de bajar a leer todo lo que dice el documento, sostengo la carpeta con fuerza cuando mis ojos caen en una mujer que conozco bien, suspiro y cuando la puerta de mi habitación es abierta con suavidad, cierro la carpeta y la dejo sobre mi escritorio.
Giro el rostro viendo como mi tía se acerca con una sonrisa calmada, siempre tiene esa clase de sonrisas que trasmiten paz, es por eso que me gusta estar cerca de ella, provoca que todo lo negativo que me agobia a toda hora sea aplazado.
—Pensé que querrías cenar en la cama—habla con suavidad—¿nerviosa por qué mañana inician tus clases?—le regalo una de mis sonrisas reales a ella.
No puedo decir que soy una buena persona, en lo absoluto lo soy y mi tía lo sabe perfectamente. Por lo general soy egoísta, caprichosa y si una idea me llega a la cabeza, haré todo lo que esté en mis manos sea bueno o malo para lograrlo. No me detengo, aunque la moral de muchos esté en juego, es por lo que muchos temen de mí, saben que no me acobardo fácilmente.
—Nerviosa no, expectante un poco—ella me sonríe y dándome una última sonrisa la veo alejarse despacio. Cuando la puerta se cierra me encargo de ocultar la carpeta que leía bajo llave y luego ceno con tranquilidad.
Saco mi horario de clases y miro donde serán mis clases, mis ojos caen en el nombre del que será mi maestro de fotografía, Inuyasha Taisho.
La materia no me interesa siendo sincera, ni siquiera iba a poder tomar un cupo si no hubiese sido porque movía los hilos que tengo como contactos hasta dar con un cupo en su clase. Él es un famoso fotógrafo que la universidad sigue manteniendo porque sale como sacar ventajas de las cosas buenas.
Mi tía es una seguidora de su trabajo, fue la primera que me propuso tomar sus clases cuando se enteró de lo que pasaba. Aparte de ser un famoso fotógrafo, él es un aclamado poeta erótico. Así que, ese trabajo sí que llamó mi atención, todos me lo han recomendado y no he podido alejar la vista de esa clase.
Quiero al señor Taisho como mi maestro.
Comiendo mi cena preparo lo que será mi ropa del día siguiente y cuando tengo todo fríamente limpio y ordenado, entonces me acuesto y me propongo descansar, es difícil hacerlo porque cuando cierro los ojos los escenarios del pasado que busco borrar me acechan, pero no le doy cabida a que me destruyan la mente. Suficiente ya tuve con vivirlo una vez, si dejo que esos escenarios vengan a mi presente toda la preparación que dije tener se irá a la borda.
