Capítulo 21

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Aclaración: en una parte del capítulo se refieren a Louis como "señora Styles" ya que si lo cambio a pronombre masculino se confundiria con Harry porque también es llamado señor Styles. 









Proveniencia (sustantivo): Procedencia, origen de algo.

«No puedo asegurar que sé o que entiendo la proveniencia del amor romántico, y no sé si es algo que sea necesario entender, aparte de valorar y respetar».

Del diccionario personal de Louis Tomlimson.

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Decidieron casarse una semana después. Gemma estaba encantada e insistió en comprar personalmente el ajuar para el omega. Louis había pensado que los dos vestidos que le comprara Harry eran todo un lujo, pero era imposible compararlos con la idea que tenía Gemma de un guardarropa apropiado. Dejó que su futura cuñada lo eligiera todo, con una sola excepción: la modista tenía un corte de seda color azul turquesa que era exactamente el de sus ojos, y él insistió en que le hiciera un vestido de noche con esa tela. Nunca había dado demasiada importancia a sus ojos, pero desde que Harry le pasaba los dedos por los párpados y declarara que sus ojos eran del color exacto del mar en el ecuador…, bueno, no podía evitar sentirse orgulloso de ellos.

La ceremonia de bodas fue sencilla e íntima, y solo asistieron Gemma, Niall y los criados de Seacrest Manor. El hermano mayor de Harry deseaba asistir, pero uno de sus hijos cayó enfermo y no quiso ausentarse de su casa. Louis pensó que eso era lo que le correspondía hacer y le escribió una nota expresándole su deseo de conocerlo en otra ocasión.

Perriwick entregó al novio, y la señora Mickle sintió tanta envidia por ello, que insistió en hacer el papel de la madre del novio, aunque eso no significó que participara en la ceremonia.

Gemma fue la dama de honor y Niall el padrino, y todos lo pasaron maravillosamente bien.

A partir de ese momento a Louis no lo abandonó la sonrisa; no recordaba ningún momento de su vida en que hubiera sido tan feliz como se sentía siendo Louis Styles de Seacrest Manor. Tenía un marido y un hogar, y su vida era casi tan perfecta como podía imaginarse. Harry no le había declarado su amor, pero claro, encontraba que eso era demasiado pedir a un alfa que hasta hacía muy poco estaba inmerso en un profundo dolor emocional.

Mientras tanto, él lo haría tan feliz como pudiera y le permitiría a Harry hacer eso mismo por él.

Puesto que ya pertenecía de verdad a Seacrest Manor y era el omega del lugar, Louis estaba decidido a dejar su marca en la pequeña propiedad. Un día que estaba trabajando en el jardín, se le acercó Perriwick.

—Señora Styles, tiene una visita.

—¿Una visita? —preguntó, sorprendido. Nadie sabía que era el omega de Harry —. ¿Quién?

—Un tal señor Oliver Prewitt.

Louis palideció.

—¿Oliver? Pero… ¿por qué?

—¿Quiere que le diga que se marche? O igual podría llamar al señor Styles para que hable con él, si lo prefiere.

—No, no —se apresuró a decir él.

No quería que Harry viera a Prewitt. Era probable que perdiera los estribos, y después se odiaría por eso. Sabía lo importante que era para él arrestar a Oliver y a todo su grupo de espías. Si, dominado por la furia, desvelaba algo de su plan secreto perdería la oportunidad.

—Lo veré —dijo con firmeza.

Haciendo una inspiración profunda para serenarse, se quitó los guantes de trabajo. Oliver ya no tenía ningún poder sobre él y de ninguna manera le tendría miedo.

To Catch an HeirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora