Horus Jepri Chronicles

Capítulo XXX

La puerta se abrió lentamente, revelando una cámara iluminada por una luz tenue. Horus e Ishia avanzaron, adentrándose en el santuario oculto tras la prueba de lealtad. La atmósfera vibraba con energía mística, y en el centro de la sala flotaba el Escarabajo Azul, ahora emanando destellos luminosos.

De las sombras emergió una figura imponente, el Arcano Mako. Sus escamas relucían con un resplandor azulado, y sus ojos centelleaban con la esencia del Nilo. Sobek observaba con satisfacción desde su trono, con sus ojos reptilianos, evaluando la próxima contienda.

- Has superado la prueba de lealtad, Horus Jepri. Ahora, enfrentarás al guardián del Nilo, a Mako, el Gran Cocodrilo. ¿Estás preparado para este desafío?

Horus asintió con determinación, sosteniendo el Escarabajo Azul en sus manos.

- Estoy listo. Pero primero, libera a la sacerdotisa.

Sobek sonrió con astucia y, con un gesto de su mano, la sacerdotisa fue liberada de sus ataduras místicas. Ishia corrió hacia ella, asegurándose de su bienestar.

Mako, el Arcano Cocodrilo, emitió un rugido que resonó en la cámara. Sus ojos se fijaron en Horus con una intensidad desafiante. La batalla estaba por comenzar.

El suelo tembló cuando Mako avanzó hacia Horus con pasos poderosos. Horus, con el Escarabajo Azul brillando en su mano, se preparó para el enfrentamiento. Ishia, junto a la sacerdotisa, observaban con preocupación y determinación.

La lucha fue feroz y épica. Mako desataba embestidas con su imponente figura, mientras Horus esquivaba con agilidad, confiando en la protección del Escarabajo Azul. Los destellos de energía iluminaban la sala, reflejándose en las escamas azules del Inmenso Cocodrilo.

- Horus, ¡cuidado! - advirtió Ishia mientras desplegaba sus habilidades místicas para proteger a la sacerdotisa.

Horus respondió con valentía, canalizando el poder del Escarabajo Azul en ataques precisos. Cada golpe resonaba con una mezcla de magia y fuerza bruta. Mako, sin embargo, no cedía fácilmente, su resistencia y ferocidad eran prueba de su título como el Guardian y Titán del Nilo.

En un momento crítico, Mako lanzó un torbellino acuático, desafiando la destreza de Horus. El héroe esquivó con gracia, pero la sala quedó sumida en una lluvia espiritual que afectó la visión y el equilibrio.

- El poder del Nilo fluye a través de mí, Horus Jepri. ¿Crees que puedes desafiar a un Titán?

Mako rugió, intensificando sus ataques. Horus, sin inmutarse, recordó las palabras del viento en su sueño premonitorio. No solo enfrentaba a un Arcano, sino que también había fuerzas más oscuras acechando en las sombras.

En un acto de astucia, Horus canalizó la energía del Escarabajo Azul para crear un campo de luz que despejó la lluvia espiritual. La sala quedó iluminada, revelando la verdadera forma de Mako.

El Arcano Cocodrilo, ahora con ojos inyectados de oscuridad, reveló su verdadera naturaleza: una criatura corrompida por las sombras que se alimentaban de las aguas turbias del Nilo.

Horus, con determinación renovada, enfrentaba no solo a un guardián del Nilo, sino a la oscuridad misma que amenazaba con devorar las tierras de Kemet. La verdadera batalla apenas comenzaba.

***

El Escarabajo Azul resplandecía con mayor intensidad mientras Horus enfrentaba al Gran Arcano, ahora revelado como una criatura corrompida por las sombras. Los ojos inyectados de oscuridad de Mako brillaban con malicia, y su furia se desataba con aún más fuerza.

Horus, consciente de que esta batalla iba más allá de una simple prueba de lealtad, se sumergió en la magia del Escarabajo Azul. La luz y las sombras chocaban en un espectáculo sobrenatural, iluminando la cámara con destellos mágicos. Ishia, junto a la sacerdotisa, observaba con asombro y preocupación.

Mako desencadenó un ataque de feroces embestidas y torbellinos oscuros. Horus, con agilidad y astucia, contrarrestaba cada movimiento. La sacerdotisa, recuperada de sus ataduras, comenzó a recitar antiguas invocaciones para debilitar la corrupción que envolvía a Mako.

- ¡La oscuridad no prevalecerá sobre la luz de Horus Jepri! - proclamó Ishia, canalizando sus poderes místicos para reforzar la protección alrededor de Horus.

El enfrentamiento alcanzó su punto culminante cuando Mako, furioso y desesperado, desató un último ataque con su cola. Horus, aprovechando la oportunidad, concentró el poder del Escarabajo Azul en un rayo de luz que atravesó la oscuridad. La corrupción que envolvía a Mako comenzó a disiparse, revelando la esencia purificada del guardián del Nilo.

El Arcano Cocodrilo, ahora liberado de las sombras, se arrodilló ante Horus. La luz del Escarabajo Azul lo purificaba, devolviéndole su nobleza y la conexión con las aguas claras del Nilo.

- Has desafiado no solo a un titán del río, sino a la oscuridad misma. Eres digno, Horus Jepri - declaró Mako con reverencia y una voz que resonaba en toda la sala.

Horus, con el corazón lleno de gratitud, se acercó al Arcano. La sacerdotisa, con una sonrisa, se unió al grupo. La cámara estaba impregnada de una energía renovada, pero la verdadera oscuridad aún acechaba en las sombras.

Sobek, desde su trono, observaba la escena con una expresión indescifrable. La prueba había revelado la valentía de Horus, pero las sombras que amenazaban a Kemet seguían sin desvanecerse por completo.

- Has superado la prueba de Mako, pero la verdadera oscuridad no reside aquí. Te aguardan desafíos mayores, Horus Jepri. El camino hacia la verdad y la redención está lleno de tormentas y secretos - advirtió Sobek con solemnidad.

Horus, con determinación inquebrantable, miró a Sobek. Y le pidió a la sacerdotisa que los acompañase; pues las arenas de Egipto eran un enorme laberinto. La sacerdotisa, ahora aliada en el grupo, conocía el camino hacia el próximo destino. La travesía de Horus Jepri e Ishia continuaba, y su odisea estaba por desvelarse en su siguiente aventura, en busca de respuestas y llegar hacia Ma'at.