Cap 32

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Jordan Leviels se quita las gafas y se pellizca el tabique de la nariz antes de echar una miradita discretamente a su smartphone.

Supongo que tiene cosas que hacer más importantes que mi dichoso contrato.

—Jordan: "¿Qué propone usted entonces? ¿Una suspensión?"—

Veo como mi futuro en Tanner corporation desaparece. Impotente ante esta situación, le lanzo una mirada a mi mánager.

—Gabriel: "¿No está exagerando un poco? Una vez más."—

—Casandra: "Yo pensaba más bien en transferirla a un servicio de menor importancia. O despedirla, teniendo en cuenta su impertinencia."—

Me atraganto. ¡Cómo es posible que se atreva a hacer eso! ¡Si me echan por su culpa, la tiro por la ventana sin ningún escrúpulo!

—Jessica: "¡No puede hacer eso! Yo no he hecho absolutamente nada malo y usted no tiene ningún motivo de..."—

—Casandra: "Al contrario. Yo creo que la impertinencia que acaba de mostrar es un motivo más que suficiente, en mi opinión."—

Justo cuando estoy a punto de protestar, suena el teléfono de Jordan Leviels. Durante el silencio que sigue a ese instante, el tono del móvil resuena extrañamente. Sonriendo ante esta escapatoria, el jefazo lo coge antes de descolgar. Se disculpa y sale del despacho con el teléfono pegado a la oreja.

¡Si pensaba que podía contar con el apoyo de Jordan, estaba muy equivocada! Vale, pierdo a un aliado de peso. Vale, la arpía ha ganado una batalla, ¡pero aún no ha ganado la guerra!

¡Si piensa que me voy a dejar manipular sin rechistar, está muy ¡pero que muy equivocada! Me niego a perder este trabajo. ¡Lo necesito para vivir! No, pero bueno, ¿esta qué se cree?

¿Que le voy a hacer la pelota solo porque es la responsable de Recursos Humanos? ¡Hablaré con Dylan Tanner si es necesario! Y habrá sangre!

—Gabriel: "Mire, señorita Miller, yo creo que un despido es un poco prematuro. De acuerdo, jessica ha faltado un poco al trabajo, pero no es la única."—

—Casandra: "Es demasiado laxista. Hay que dar ejemplo, y si no hacemos nada..."—

La puerta de la sala de reuniones se abre de nuevo y entra Jordan Leviels, quien se nos queda mirando con mala cara.

—Jordan: "Me necesitan más arriba. Mire, señorita Miller, en lo que respecta a la señorita Travejo, yo no soy favorable a un despido. Nada me hace pensar que haya cometido un error irreparable."—

Toda la tensión acumulada me baja de golpe. Suspiro profundamente, sin preocuparme lo que los otros puedan pensar. Levanto la cabeza y sonrío al señor Leviels. Le estoy tremendamente agradecida. No me veía mucho haciendo de zorrona toda la vida.

Sin embargo, la cara de Casandra no tiene precio. Menudo careto se le ha quedado.

—Casandra: "En tanto que responsable de Recursos Humanos, me corresponde..."—

—Jordan: "Y yo, en tanto que superior, creo que una advertencia es más que suficiente. Estoy seguro de que la señorita Travejo lamenta este incidente en su carrera."—

Detrás de sus gafas, sus ojos me buscan y me encuentran. Me doy cuenta entonces de que son de un magnífico color esmeralda.

—Jordan: "¿No es así, señorita?"—

Asiento levantando la barbilla. Mi corazón late desbocado. ¡Me siento tan aliviada! He estado a punto de perder mi trabajo, ¡Santo Dios!

Jordan dirige ahora su increible mirada hacia Casandra y yo con el. Parece que se hubiera atragantado con un melón entero. Se diría que se va a atragantar. (Por favor, arpía, ¡no te preocupes por nosotros! Déjate llevar.)

𝕻𝖊𝖑𝖎𝖌𝖗𝖔 (lunay-Jefnier Osorio )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora