𝐍𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐅𝐨𝐫𝐞𝐯𝐞𝐫

006. Un regreso inesperado

Namra

Miraba en silencio como la verdadera dueña de la tienda hacía los pasteles.

—— No es tan sencillo como parece, solo es cuestión de práctica. -asentí recostando mi cabeza sobre la mesa-

—— De todas las cosas que mi padre me pudo pedir que fuese, tenía que ser esto. Repostería. Es la cosa más complicada del mundo. — ella negó sonriendo — Deme un segundo. Tengo que atender a una llamada.

La mujer asintió y salí de la tienda para poder hablar sin molestarla

—— ¿Tía?

—— Vi que tiene una cicatriz en el pie. — mire mi teléfono pensando y lo devolví a mi oreja — Es Nam Soon ahora si estoy más que segura. No es coincidencia, es mi hija. Olvídate de vigilarla. Ayúdame a buscar a mi otra hija, sobrina. ¿Podrías?

—— Yo... — una de las peores cosas sobre mi es que no sé cómo decir que no — Está bien. Veré en qué puedo ayudarte, tía.

—— Estaré de compras con mi hija por si me necesitas.

—— ...Ajá... — colgué. ¿Qué podría saber yo de eso? Un día de compras con una madre...no se que es eso...no se nada sobre amor maternal o algo entre madre e hija. Quizás me equivoqué. Quizás esa es Nam Soon —

Namra

Pasaron unas cuantas horas mientras que buscaba y buscaba con la policía. Pero no salía ni una sola información de mi prima Sully.

—— Namra. — giré al oír esa voz llamándome. Mi padre se cruzó de brazos al verme —

—— Padre... — me acerqué con una sonrisa y el suspiró — ¿Me necesitas para algo?

—— No se Que rayos haces aquí. Se supone que estés en su casa buscando información de tu esposo. Pero lo único que haces es aquí buscando a tu prima muerta.

—— Rayos, Padre. ¿Qué cosas dice? Mi prima no está muerta. Solo ayudó un poco a la tía Geum.

—— Siempre de pequeña te decía que te alejaras de esos ingratos. Son familia de tu madre, terminarás peor acercándose a ellos.

—— Padre...

—— ¡Ya! — me arrancó los papeles de las manos y los lanzó al suelo — ¡Ve y se útil para algo! — bajé la mirada y le entregué una reverencia para después marcharme —

Salí de la estación, tomé el metro y llegué a la casa. Al abrir la puerta de la casa vi a todas las damas limpiando y corriendo de un lado a otro. Se veían muy apresuradas y algo asustadas.

—— ¿Qué está pasando? — todas mostraron reverencia, pero ninguna me contestó. Solo continuaban con su recorrido por toda la cosa sosteniendo la aspiradora, la escoba, pañuelos, limpiaban por todas partes —

—— Señora — la señora Kang mostró regencia y detrás de ella las otras damas —

—— Señora Kang. Ya hemos hablado de esto. No hay porque mostrar tanto respeto. ¿Qué están haciendo?

—— Preparamos todo, señora. — una de ellas comenzó a hablar en reverencia aún — Ya que el amo Ryu viene de camino. — mi sonrisa se desvaneció al oír eso. Supe que era verdad cuando la señora Kang la fulminó con la mirada —

—— ¿Quién viene para acá?

—— Oh...eso. Olvidé que el señor Ryu no habla con usted. Lamento mucho no haberle informado sobre su llegada repentina.

—— ¿¡Qué!? ¿No es broma? ¿Ryu Shi Oh? ¿Ese hombre viene para acá? — todas asintieron agachando sus cabezas avergonzadas — ¿¡Hoy!? ¿Ese hombre vine hoy y no me dijeron nada? ¡Entraré en pánico! — ellas seguían mirando el suelo y yo sin poder respirar y sin poder creerlo —

Namra

Llegamos corriendo al aeropuerto. No podía creer que había llegado sin avisar como si fuese la gran cosa.

Sosteniendo el pastel de bienvenida me bajé del auto y la señora Kang detrás de mí lo hizo.

—— No tuvo porque hacerle un pastel. Vera, el señor Ryu es- — una corriente por mi cuerpo se hizo presente y un fuerte dolor en el pecho que nunca antes había sentido en mi vida —

Ahogué un grito dejando el pastel sobre el techo del auto para poder llevar mis manos a mi pecho. Apreté muy fuerte la tela de mi vestido arrodillándome lentamente tratando de respirar

—— ¡Señora! — se arrodilló a mi lado —

—— No puedo respirar... — gemí de dolor apretando los dientes — Señora...no respiro... — ella miró a su alrededor asustada —

—— ¿Es un ataque de pánico? ¡Alguien me ayude!
— nadie nos prestaba atención debido a que un avión estaba por estrellar con todo el lugar — Señora, haga su mayor esfuerzo por tomar aire. — poco a poco el dolor estaba desapareciendo. Mi pecho se estaba liberando y mi corazón acelerado se estaba calmando. Pude volver a tomar aire y pude de nuevo estar como antes —

¿Pero qué rayos había sido todo eso?