CUANDO TE ENCONTRÉ [KOOKJIN]

CAPÍTULO XVII

-Cielo no, no podem...-la boca de Jin volvió a unirse a la suya, para él era imposible mantenerse sin reaccionar por más tiempo.

Abrió su boca permitiendo que Jin profundice aún más y pegó su cuerpo completamente al de Jin, rozando su erección con el muslo de este. Sus manos viajaban desde la delgada y pequeña cintura de Seokjin hasta los bien formados montículos de su trasero sacando suaves gemidos de su boca.

Besó la mandíbula siguiendo la línea de esta hasta llegar detrás de la oreja de Jin y siguió bajando por la suave piel de su cuello. Las manos de Seokjin viajaron hasta su erección y la acariciaba acompasadamente sobre la tela del pantalón.

¡Dios santo! Jin era fuego en la cama, solo había estado contenido.

Con un ágil movimiento Seokjin terminó a horcajadas sobre Kook, mientras bajaba para besar sus labios las caderas de Jin se movían en pequeños círculos causando más fricción que hacían que el pelinegro gimiera más fuerte.

-Cariño vas a hacer que me corra en los pantalones -le dijo mientras sostenía los movimientos de su pelvis.

Metiendo las manos por debajo del buzo de dormir de Jin lo sacó rápidamente, quedándose a contemplar la belleza del cuerpo de Jin, al acariciarlo sintió una cicatriz en la costilla del castaño. Jin quiso apartar la mano de Jungkook, pero este le detuvo.

-Tranquilo bebé, estas cicatrices son prueba de tu valentía y poder. Son pequeñas huellas de tu lucha y fortaleza. No debes sentir vergüenza cuando saliste del infierno, tan vivo, sin perder tu adorable y magnífica esencia. -le tranquilizó mientras besaba la huella en forma de hoz. Hizo su camino hasta uno de los pezones de Jin y lo atrapó entre sus labios succionado suavemente y después pasando su lengua. Los mismo hizo con el otro pezón. Recostó a Jin sobre su espalda y se puso entre sus piernas, enganchó sus dedos en el elástico del pantalón y lo jaló hasta que este aterrizó en alguna parte del suelo, dejando al descubierto el más hermoso par de piernas blancas, torneadas y sin vellosidad, su polla, rosa oscuro, erguida y con una perla de precum en la punta.

-Jin eres el hombre más hermoso que existe en el mundo -dijo Kook mientras tomaba una de las piernas de Jin y empezaba a besar su empeine, subiendo por la pantorrilla, sus manos acariciaban los mismos puntos donde sus labios besaban haciendo que Jin arqueara la espalda.

Su cabello apenas largo y rizado estaba algo pegado a su frente por el sudor, su deliciosa boca estaba ligeramente abierta y dejaba escapar la más hermosa sinfonía de gemidos y sonidos que había escuchado nunca.

Cuando llegó hasta la polla de Jin lamió desde la base hasta la punta, acción que hizo que instintivamente Jin recogiera las piernas y plantara sus delicados pies en la cama. Jungkook alternaba entre secciones en la punta y lametones que iban desde el rosado saco de Jin hasta, bajaban hasta su perfecto agujero y subían nuevamente a la punta de su polla. Esta noche le enseñaría a Jin lo que era hacer el amor y el significado de ser tomado y adorado por el hombre que amas.

Cuando sintió que Jin se tensó y sus piernas empezaron a temblar, tomó el lubricante que Seokjin había comprado previamente y puso una cantidad generosa en sus dedos, acarició su entrada mientras tomaba a su novio en su boca por completo lamiendo, chupando y succionando. Introdujo un dedo en el cálido canal de Jin, sintió que se tensó por lo que volvió a acariciar su entrada, cuando volvió a intentarlo, cedió. El no dejaba que su boca dejara de trabajar en Seokjin mientras aflojaba el canal de este, introdujo un segundo y tercer dedo y le fascinaba que Jin permitiera que su cuerpo cooperara así, aparentemente uno de sus dedos tocó el punto de placer Jin ya que hizo que se corriera en su boca con un grito. Cuando obtuvo hasta la última gota, soltó a Jin que se veía deliciosamente complacido.

Se desnudo, tomó un preservativo de la mesita y se lo puso, cuando Jin vio lo que Jungkook estaba haciendo trató de detenerlo, podía ver la culpa en ese bonito rostro.

-Espera Kook, yo aún no te lo he...-Jungkook picoteó su boca y sonrió.

-Hoy no se trata de mi cielo, sino de ti y tu placer. Quiero que lo tomes y disfrutes. No te preocupes por complacerme. El que me dejaras tocarte y besarte como lo he hecho es magnífico y me satisface -le respondió.

Volvió a besarle, a provocarle y cuando Jin nuevamente estaba muy excitado, puso más lubricante en la entrada de Jin y en su polla cubierta con el preservativo. No desconfiaba de Jin y el sabía que estaba limpio. La última vez que había tenido sexo había sido hace un año y medio. O quizás más. Pero no sabía los ciclos de fertilidad de Jin y aunque moriría de felicidad de dejar su semilla en Seokjin, era un tema del que no habían hablado aún.

-Kook, por favor -dijo Jin aferrando sus manos a su espalda, mientras Jungkook rozaba con su polla el agujero húmedo de su novio.

Se introdujo despacio, saliendo y avanzando un poco más hasta que estuvo enterrado completamente en el tibio canal, arrancando un exquisito gemido de Jin. Cuando este le instó a moverse envolviendo sus kilométricas piernas en su cadera.

Jungkook empezó un vaivén constante hasta que sintió la electricidad recorrer su columna y sujetarse directamente a su polla, Jin gemía y decía incoherencias hundido en el placer que estaba recibiendo. Kook aceleró el movimiento de sus caderas sintiendo su inminente orgasmo amenazando con lanzarle al abismo, cuando Jin gritó, se arqueó y se aferró a las sábanas sabía que había dado justo "en el blanco", aprovechó la inclinación de sus caderas en la cama y empezó a aporrear con ganas la próstata de Jin, haciendo que soltara algunas maldiciones presa del placer y con un grito Seokjin se vino sobre su vientre de la manera más gloriosa, haciendo que Jungkook embistiera un par de veces más y también se vaciara con fuerza en el condón. Cuando la respiración de los dos se estabilizó salió del cuerpo de su novio y se deshizo del preservativo. Volvió a la cama y vio a Jin con los ojos fijos en el techo.

-Amor, ¿estás bien? -le preguntó.

Jin miró a Jungkook, buscó el calor dentro de sus brazos y le besó el pecho.

-Nunca me he sentido mejor que ahora, Kookie. Te amo -respondió el castaño hombre.

-También te amo, dulzura. Mucho más de lo que puedes imaginar -sonrió y besó su frente, dejando que el cansancio y el placer vivido los hundiera en el más reparador de los sueños.

🔥🔥🔥 hizo mucho calor ¿verdad?😏
Nos leemos después 💜