MIA

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Es muy complicado vivir en guerra contigo misma todos los días.

Y no me malentiendan, estoy orgullosa de lo que he logrado sin tener básicamente apoyo de nadie, sé qué soy una chingona que se ha sabido superar y que puede llegar aún más lejos si se lo propone. Hay muchas cosas que me ha costado trabajo alcanzar y otras por las que he perseverado, pero hay una en particular que nunca he logrado conseguir: Sentirme a gusto con mi cuerpo.

En mi cabeza es una guerra constante contra mis pensamientos negativos sobre mi percepción física y sobre los remordimientos que me llegan día a día cada que como algo. Llevo años luchando contra mi mente y la percepción de mí misma y debo admitir que solo pocas veces he logrado ganar las batallas y las victorias no duran mucho.

Un par de años fui víctima de la bulimia, la cuál solamente puede detener cuando me quitaron los braquets y me realizaron un diseño de sonrisa, porque obviamente no pagué más de 50 mil pesos para arruinarlos vomitando, pero debo admitir que de repente me siguen pasando esos pensamientos por la cabeza, el querer hacerlo. Bueno, mentí al decir que un par de años, la verdad fueron bastantes años, desde que estaba en la prepa, hasta casi 10 años después. Durante un tiempo me detuve porque me dio una descompensación por hacerlo y me puse tan mal que me llevaron al hospital, pero mis pensamientos fueron más fuertes que mi miedo o mi voluntad y al final volví a caer. Como cuando comencé hace 10 años se puso muy de moda y era muy fácil acceder a blogs dónde hablaban de "Ana y Mía", de hecho, comencé con Ana, en esos blogs era muy fácil aprender a cómo aguantar el hambre, hacer que tu familia y amigos no lo notaran o conseguir tips sobre cómo vomitar.

Siempre tuve complejos con mi cuerpo, pero cuando estaba en la prepa una niña unos años más joven que yo que era mi amiga, no comía y veía cómo le funcionaba porque si comenzó a bajar de peso y en mi intento desesperado por sentirme bien conmigo misma, dejé de comer también. Desayunaba en la escuela, pero ya no comía y cuando llegaba a la casa decía que ya había comido en la escuela y tampoco cenaba. Me obsesioné por hacer ejercicio por la noche en mi casa, eran rutinas sencillas pero me ayudaban en quemar grasa y comenzó a funcionar, porque sí empecé a bajar de peso cañón. Tan fue así que en mi casa lo empezaron a notar. Yo vivía en casa de mis abuelos y una de mis tías fue la primera en notar las señales de que estaba adelgazando bastante. Mis otros tíos y familiares decían que era solo por la edad, que como estaba creciendo estaba adelgazando, pero ella sospechaba y algunas veces me obligaba a comer con ella para asegurarse de que lo estaba haciendo. En esas ocasiones no tenía cómo escaparme, así que a regañadientes comía enfrente de ella.

Lamentablemente, la mayor mala influencia la tenía en mi propia escuela, porque esta amiga que les comenté, ahora comenzó a intentar vomitar lo que comía y a duras penas pero lo comenzó a lograr. Obviamente a ella le decía que no debía lastimar su cuerpo de esa manera, pero dentro de mí era igual mi deseo de intentarlo y lo hice.

Sinceramente no recuerdo las primeras veces que intenté vomitar o cuánto trabajo me costó, lo que sí recuerdo era que veía trucos en estos blogs de cómo hacerlo y en un principio lo hacía en mi cuarto, porque si lo hacía en el baño los demás se iban a dar cuenta. Le subía a la tele, ponía una bolsa en el bote de basura y ahí lo hacía, después la bolsa en dónde había vomitado la amarraba y la tiraba en la basura de mi bote, la cual cada ciertos días la sacaba para que el camión de la basura se la llevaba, así nadie se daba cuenta y real mantuve hasta la fecha el secreto escondido de mi familia, quienes no tienen ni la mínima idea de todo lo que pasé.

Durante mi etapa de la universidad recuerdo hacerlo también pero con menor frecuencia, pero de tanto hacerlo claramente me volví una experta. Durante la universidad trabajaba y a veces me daba atracones de comida ahí y luego iba al baño a vomitar, como estaba sola y vomitar ya no me tomaba más de 5 minutos, no tenía problemas de nada. También recuerdo en varias salidas con amigos haberlo hecho. Terminaba de comer, me levantaba al baño y en menos de 5 minutos estaba de vuelta.

En mi peor etapa ya ni siquiera necesitaba meterme los dedos para hacerlo, así como había leído en mis blogs favoritos, solamente con los movimientos del abdomen se podía lograr vomitar sin problemas. Fue durante esa etapa de la universidad que un día después de hacerlo me sentí mal, me descompensé y se me bajó la presión lo que hizo que casi me desmayara. veía luces de colores y estaba sudando en frío, lo que hizo que me llevaran al hospital y me dijeran que la presión estaba bajísima. Me tuvieron un rato en observación y me dejaron ir, después de eso duré un tiempo sin hacerlo por miedo, sin embargo no sé cuál fue el detonante para que empezara a hacerlo de nuevo. No sé si fue la depresión por la muerte de mi tía o la persistencia de mis problemas, pero lo volví a hacer y así duré bastantes años, vomitando en secreto.

En mi estancia de 3 años en otra ciudad lo seguía haciendo incluso tuve una decaída bastante fuerte por depresión en ese periodo y vomitaba varias veces por semana, solo tenía 1 regla: no vomitar más de una vez al día, porque claro, esa regla la había leído un día en uno de los blogs que frecuentaba. A veces me sentía tan mal que me daba atracones de comida y luego iba al baño a vomitarlo. Algunas veces salía con mis amigos y en restaurantes o incluso en sus propias casas iba al baño a vomitar lo que comíamos. Me puse a hacer ejercicio para bajar de peso y sumado a la bulimia pronto se empezaron a notar los resultados. Eso me hacía sentir bien conmigo misma, pero nunca era suficiente.

Por más que la báscula marcaba menos peso, yo me seguía sintiendo gorda, me veía el espejo y me seguía sintiendo horrible, aunque la báscula marcara que estaba en mi peso ideal yo no me sentía así. Aunque las demás personas me lo dijeran, yo me seguía sintiendo pasada de peso. Y bueno, ¿Creen que tener bulimia tantos años no tiene efectos secundarios? Claro que los tiene. El esmalte dental de mis dientes es una desastre, del cual mi dentista se dio cuenta al instante, la única persona en darse cuenta de mi problema en todos estos años, y debido a eso me tuvieron que hacer varias endodoncias. Así mismo, la gastritis y colitis están a flor de piel y estoy casi segura de que adicional a que es un problema que mucha población tiene, se adelantaron debido a mis malos hábitos.

Fue hasta que me realizaron un diseño de sonrisa que me salió carísimo pagar, que me detuve, pero mis pensamientos no.

La bulimia es el secreto mejor guardado que tengo. Mi familia nunca se dio cuenta y a solo a unos cuántos amigos les llegué a comentar, pero recalcando que eso ya se había detenido hace mucho tiempo cuando claramente no era así.

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⏰ Última actualización: Feb 05, 2024 ⏰

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Mi amiga la dismorfia CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora