crochet ; lucten

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Si hay algo que el rubio ama hacer es tejer. Adoraba poder crear cualquier cosa que quisiese con tan solo hilo y su crochet, es por esto que desde que aprendió a hacerlo no paró.

Bolsos, mantas, chompas, peluches, pulseras, realizaba una gran diversidad de cosas realmente.

Pero si hay algo que Lucas disfrutase más que el crochet, sin duda era el amor, su madre fue quien le enseñó a amar, y es por esto que adoraba tanto aquel sentimiento. Una de sus maneras de demostrar su amor era mediante regalos, pequeños detalles realmente, pero repletos de sentimiento.

Es por esto que Lucas sorprendía a sus seres queridos con distintos tejidos muy a menudo, y Ninten, al volverse su amigo, no se salvó de aquello. Prácticamente cada que se encontraban, que tristemente no era con tanta frecuencia como ellos quisieran, el rubio le tenía preparado un pequeño regalo.

El último de esos había sido un pequeño peluche de pingüino, el causante de su unión, por el cual Ninten derramó lágrimas, y por supuesto, Lucas se le unió.

El azabache amaba aquello del mayor, adoraba cómo lo comprendía a la perfección. Al verlo llorar sus demás amigos se ponían nervioso y tan solo le daban incómodas palmaditas en la espalda, no los culpaba por no saber qué hacer, pero sin duda prefería el trato de Lucas.

Llorar frente, o con, Lucas era realmente reconfortante, y mucho más aún sabiendo que, al cesar las lágrimas, el rubio comenzaría a consolarlo, abrazándolo muy cerca de si y acariciando su cabeza, jugando delicadamente con sus desordenados cabellos.

Ante los ojos del menor, Lucas era perfecto. Realmente quería poder pasar el resto de sus días con él, ¡verse en la escuela no era suficiente! Y más aún teniendo en cuenta que no asistían a la misma clase. – Maldito año de diferencia– pensaba Ninten, observando al rubio entrar a su aula rodeado de sus amigos, y lo peor es que aquel era su último año, ¿qué sería del colegio sin Lucas en él?

Sería como cadena perpetua, ya que la escuela de por sí ya era una cárcel.

()

– ¿Ninti, te cuentas bien? – le preguntó preocupado el rubio, sacándolo de sus pensamientos. ¿hace cuanto que dejó de prestarle atención a su amigo?

– sí, sí, no te preocupes –

– ¿seguro? – diablos, lucas lo conocía demasiado bien, o tan solo él era demasiado transparente.

ya sin vergüenza alguna, el menor se dejó caer pesadamente sobre las piernas del rubio, observándolo tristemente.

– de verdad no sé qué haré cuando te vayas del colegio, lukeee –

– tienes muchos amigos aparte de Ness y de mi, ¿por qué te preocupa tanto? –

– no es por eso, y me da igual que Ness se vaya, realmente me conviene... –

el rubio rio dulcemente ante aquel comentario – ¿cómo puedes hablar así sobre tu amigo? – comentó risueño, sin juzgar realmente al menor.

– es un molestoso, ¡y yo quiero su puesto de capitán! sería mucho mejor que él, no sabe liderar –

– no es un mal capitán, están yendo muy bien desde que él está a cargo – explicó mientras acariciaba la frente del chico sobre sus piernas – ¿seguro que no son hermanos? ambos son igual de competitivos –

– ¿te gusta ness? – prácticamente acusó el azabache.

– ¿qué? por supuesto que no, ¿por qué crees eso? –

– siempre que rajo de él lo defiendes... ¡y andan muy pegados últimamente! –

– bueno, es mi amigo, es normal que pasemos tiempo juntos – le explicó con naturalidad, hasta que en eso algo hizo clic en su cabeza – no estarás celoso, ¿verdad? – le preguntó levantando una ceja, observando con burla al menor.

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⏰ Última actualización: Feb 10 ⏰

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