17| Miedos

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N.A: creo que no falta tanto para el final. Los leo en comentarios, saludos!

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Hacía dos semanas que la guerra finalmente había terminado, pero para nadie estaba siendo realmente fácil las secuelas tanto internas como externas que había dejado en sus vidas, no había día en la que nuestros queridos héroes se despertaran pensando que aún estaban escondiéndose, la tensión constante de sentir que los atacarían en cualquier momento. Pero lo peor para Salva ocurría por las noches despertándose solo para asegurarse de que ya no estaba en la mansión Malfoy, a pesar de que dormía junto a Narcissa tenía miedo constante de que alguien entrara y se la llevara.

No era diferente para la mujer, pues cuando todos ya estaban dormidos incluso su pelinegra a su lado abrazada a su cintura, algunas noches no podía dormir asegurándose de que no era un sueño, asegurándose de que el amor de su vida estuviera aun respirando y a su lado después de lo que había tenido que hacer, y si tenía suerte de cerrar los ojos el recuerdo de lanzar el maleficio asesino la despertaba más angustiada y sintiéndose culpable que antes.

Durante el día la pelinegra se encontraba en Hogwarts ayudando a sus madres junto a muchos alumnos a reparar Hogwarts, pero su mente no estaba realmente ahí, aunque lo intentara el miedo estaba creciendo lentamente en su pecho, pues la idea de que el Ministro decidiera finalmente que tanto Draco como Narcissa merecían ser castigados, significaría que los perdería y no estaba dispuesta a eso.

Así que esa mañana se había alejado de sus amigos para golpear un par de piedras que servirían para reconstruir la cabaña de Hagrid, hasta sentir que alguien se paraba a sus espaldas, así que al girarse no se sorprendió de ver a Minerva, una de sus madres, con una mirada de preocupación en su rostro.

- Cielo – dejó lo que estaba haciendo para mirarla – ¿puedes acompañarme a mi oficina?

- Claro, mamá – asintió caminando a su lado hasta la oficina nueva, la de director - ¿Qué ocurre?

- Eso es lo que me gustaría saber – rodeo sus hombros con suavidad – llevas dos semanas aquí ayudando, pero te conozco lo suficiente para saber que no estás realmente presente

- Estoy preocupada – suspiró sentándose en uno de los sofás – tengo tanto miedo de perder a Draco, de perder a Cissy

- ¿Por qué piensas que puedes perderlos? – se sentó a su lado tomando su mano

- El ministerio quiere y necesita culpables, su audiencia se acerca y realmente no sé qué puede pasar – bajó la cabeza sintiendo las lágrimas caer por sus mejillas – y no es justo, Draco merece terminar la escuela...Cissy merece ser libre de vivir su vida como siempre quiso

- ¿Qué es lo que siempre quiso? – apoyó su mano en el hombro de su hija – cielo

- Ella es realmente buena en pociones, mis heridas podrían haber sido peores si no me cuidaba como lo hizo – se abrazó con fuerza a su madre – no quiero perderla, mamá

- No vas a perderla, cariño – acarició su espalda pensando en como ayudarla – has sido mi pequeña valiente desde niña, sé que no vas a rendirte ahora, no hasta ayudarlos

- No – negó mirándola – no voy a rendirme hasta saber que están a salvo

- Entonces trata de alejar esos pensamientos ¿sí? – asintió antes de sentir que besaba su frente – ahora regresa con ella, vas a golpearte un dedo o algo si sigues así de desconcentrada

- Está bien – sonrió suavemente – discúlpame con los demás

- Lo voy a hacer, no te preocupes

En la cima de la batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora