Daniel se levantó temprano esa mañana, sus ojos verdes brillaban con emoción mientras se preparaba para otro día en su escuela. Con cabello marrón despeinado y a sus 13 años, su energía contagiosa lo hacía destacar entre sus numerosos amigos.
Madre: "¡Daniel, despierta! El colegio te espera y no querrás llegar tarde de nuevo."
Daniel: *bostezando* "¿Ya es hora, ma? Solo cinco minutos más, por favor."
Madre: "Te dije lo mismo ayer. Anda, levántate, o te dejará la movilidad".
Daniel, aún medio adormilado, se levanta de la cama y se dirigió al baño. Se lavó la cara con agua fría, dejando que el chorro despertara sus sentidos. Mientras se peinaba, las notas alegres de su canción favorita llenaron la habitación. Con rapidez, se despidió de la comodidad de su pijama para ponerse el uniforme escolar con la promesa de un nuevo día por delante.
Descendiendo las escaleras, Daniel encontró a su madre preparándole un desayuno rápido. Con su mochila al hombro, salió de casa hacia el pequeño bus escolar que siempre lo esperaba. Al abordar, se dirigió directamente hacia su asiento habitual en el fondo, donde sus amigos ya charlaban animadamente, listos para enfrentar juntos otro día de aventuras y aprendizaje.
Alex: "¡Hey, Daniel, amigo! ¿Cómo estuvo tu tarde ayer?"
Daniel: "No estuvo mal, jugué algunos videojuegos y hice la tarea de comunicación. ¿Y tú?"
Alex: "Lo de siempre, practicando basket. Hablando de eso, ¿veras el partido del Madrid?"
Daniel: "¡Sí! Estoy ansioso por verlo mañana, que bueno que ya es viernes fin. ¿Tienes planes para el fin de semana?"
Alex: "Quizás podamos organizar algo en casa, invitar a los demás. ¿Qué dices?"
Daniel: "¡Buena idea! Vamos a planearlo durante el almuerzo. Seguro a los chicos les encantará."
El pequeño bus llegó al colegio y, junto con Alex, Daniel se encaminó hacia sus clases. El bullicio de estudiantes llenaba los pasillos mientras se dirigían a las aulas. La rutina escolar comenzó, con las lecciones habituales que iban desde matemáticas hasta historia. A pesar de la normalidad, la emoción de compartir experiencias con amigos hacía que cada día fuera único.
Al concluir el día escolar, Daniel regresó a casa, se dio una rápida ducha para liberar el cansancio y luego se dejó caer en su cama. Al revisar su celular, notó un mensaje de un número desconocido. Con curiosidad, abrió el mensaje para descubrir quién podría estar intentando contactarlo en una tarde tan común.
[En el chat]
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|Hola
_______________________________Daniel, intrigado, leyó el mensaje sin reconocer el remitente. En sus pensamientos, se debatía sobre si debería responder o simplemente ignorar la situación. La incertidumbre lo llevó a sopesar las posibilidades, preguntándose quién podría estar detrás de ese mensaje inesperado.
Daniel decidió romper la incertidumbre y respondió con un simple "Hola". Mientras enviaba el mensaje, su mente se llenaba de preguntas sobre quién podría estar al otro lado y qué consecuencias podrían surgir de esta inesperada interacción. ¿Qué podría pasar?
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Gracias por leer :)La verdad no sé qué decir, es la primera vez que escribo una historia xd
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Un mensaje inesperado
Lãng mạnEn "Un mensaje inesperado", seguimos la vida cotidiana de Daniel, un animado chico de 13 años, mientras navega por las complejidades de la escuela, las risas compartidas con sus amigos y los desafíos de la adolescencia. Un día, un mensaje misterioso...