ALEKSEI
Hace media hora Isaía avisó de la llegada de Sor Benita con las internas al evento por el intercomunicador. También anunció sobre la ausencia de Teresa, la Madre Superiora; ella, no ha bajado del vehículo asignado en donde estaría con Clary, Olivia y una chica más que también las acompañaría.
Cada detalle ha sido meticulosamente planeado. Desde la movilidad de las internas, hasta la vestimenta de cada una de ellas, solo con lo necesario de acuerdo al evento. El mérito otorgado a mi primo, Igor, ese pequeño cabrón incompetente debería de estar en estos momentos junto a Isaía, pero prefirió viajar a Rusia un día antes. Pero, ¿Porqué le otorgo el mérito? Y se debe a que en mi egoísmo, solo planeaba comprarle a Olivia su traje para el evento, pero eso sería muy obvio. Aún así, de todas maneras elegí el vestido que llevaría mi tormentoso angel e imaginarla con él puesto me inquieta. No descarto las mil maneras que planeo hacerle, claro está que quitárselo ocupa la primera opción, y de solo pensarlo me pongo impaciente, ansioso por tenerla completamente para mi. A mi merced.
El grupo de las internas conformado por 6 chicas hasta el momento, con Sor Benita, que por cierto; ésta tiene puesto el mismo traje anticuado del convento, sin máscara; se encuentra al otro lado de la habitación, cerca a la extensa mesa con variedad de bocadillos surtidos. Pero a ellas no las busco.
Mi mirada sigue escaneando el salón cuando me topo con sus bellísimos ojos avellana, que no te engañe el color, son tan intensos, en donde el marrón con destellos dorados crean una mirada cautivadora, dándole un contraste otoñal a la par de que el verde, porque sí, hay uno, combinado con el marrón y dorado aparece en ellos.
Como un bosque en pleno esplendor otoñal, que guarda secretos en el follaje que siguen aferrándose a sus frondosos árboles.
Sigo con mi breve análisis en ella. Tal y como lo anticipaba cuando elegí el vestido para Olivia, la imágen mental que tenía de ella con la tela puesta, era mil veces mejor verlo en realidad.
Una oleada de satisfacción me recorre al contemplarla con el vestido puesto que elegí. La observo con deleite al ver cómo el suave tejido se ajusta perfectamente a sus delicadas curvas, realzando su belleza con cada pliegue y cada detalle meticulosamente diseñado.
Una sonrisa se dibuja en mis labios mientras la observo, aprobando en silencio mi elección.
«Es perfecta».
En ese instante, nuestras miradas conectan, un destello de reconocimiento atraviesa la densa atmósfera de la sala. Aunque las máscaras ocultan nuestros rostros, nuestros ojos logran traspasar el velo del anonimato. Todo mi ser se estremece ante su mirada otoñal, como si una corriente eléctrica recorriera cada fibra de mi ser. Y entonces, en medio de ese torbellino de emociones, ella me regala una sutil sonrisa. Una sola que es dedicada a mi, y pone mi mundo en pausa.
Es un gesto simple, pero me pone mal. Carajo. La parte inferior de mis pantalones comienza a inquietarse.
«Der'mo». «Mierda».
Olivia Kresalja aparta la mirada después de una eternidad sentida por mi, para seguir con su camino. Se sostiene de la barandilla con delicadeza mientras desciende por las escaleras exudando elegancia y aplomo, no puedo admirar la expresión facial por culpa de las estúpidas máscaras, pero su mirada suave y sus labios sensuales llaman mi atención. Me atraen.
La iluminación resalta cada detalle del atuendo y las características perfectas de la mujer que se encuentra a un par de pasos frente a mi.
Su confianza y belleza es atrayente, por lo que algunos hombres y mujeres voltean a apreciarla. Y yo, simplemente me contengo las ganas de ir y arrancarles los ojos a cada uno de ellos, pero lo que menos quiero hacer ahora es crear un drama sangriento...
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SACRILEGIUM [+21]
Romance"En el mundo de los conventos, la inocencia se pierde y los secretos se multiplican". Olivia lo conoció esa noche... Ella se encontraba camino a la ciudad. Mientras tanto, Él estaba al lado de la carretera, desangrándose. Olivia sintió atracción por...