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Ni Un Solo Minuto

Ella solo empezó siendo un juego, como las otras tantas chicas. Nos conocimos de una manera rara pero a la vez peculiar, nunca me había pasado. Desde un principio tuvimos química, no sé ni como explicarlo. Lo típico de, parace que nos conocemos de toda la vida. Fue así, pero de una manera mucho mas rara, pero curiosa.

Hola, me llamo Marta. No os voy a contar lo típico de la edad que tengo, donde vivo, que me gusta hacer y esas cosas. Ya lo sabréis a lo largo de la historia. Bien, empezemos.

Todo empezó hace 1 año, estaba viendo instagram y de repente me apareció una solicitud en mis notificaciones. No me llamó mucho la atención por lo que lo dejé pasar, estaba a mi bola y de repente 2 días después recibo un mensaje de esa chica.

- ¿Qué me das si consigo salir contigo en menos de 3 meses?

Una pregunta curiosa, ¿verdad?. Tranquilos yo estoy igual de sorprendida, pero tampoco me llamó la atención lo suficiente y lo dejé estar.

Tres días después...

- Te reto venga, si gano deberás estar un mes viviendo conmigo. Si pierdo, elige tú.

Y le respondí...

- si gano y de aquí a tres meses no estamos saliendo, deberás alejarte de mi para siempre, da igual lo que sientas.

- vale, trato hecho.

Todo estuvo muy tranquilo hasta que un mes después me dijo de quedar y quedamos. Una cosa, no sabia absolutamente nada de su aspecto fisico. Literalmente fui a ciegas. Cuando llegué al sitio no tenía idea de quien era porque no sabía como era, pero poco minutos después recibo un mensaje.

- Que sepas que no te has librado de mi, mira detrás tuya.

Leí el mensaje y me giré, estaba a centímetros de mi. Casi logro besarla. Reaccioné me coloqué un poco mas alejada a ella y por fin pude verla y saber como era.

- Grata sopresa, has tenido suerte porque nunca he hecho algo como esto. Mucho menos, quedar con una persona que ni si quiera se como es físicamente.

- Ya sabes lo que dicen, siempre hay una primera vez para todo Marta.

-Bueno, ya que sabes mi nombre. ¿Me puedes decir el tuyo?

- *Dándome la mano* me llamo el amor de tu vida. Es broma, me llamo Paula.

A esas alturas estaba con un sentimiento de rareza increíble, no sabia como estaba pasando. Pero estaba pasando.

- Bueno, me vas a decir algo ¿Marta?. ¿Que te parezco?, ¿te atraigo?.

La verdad, era una chica impresionante. Era preciosa.

- Si, no estás mal. Aún no entiendo tu juego Paula, ¿de qué va todo esto?. ¿Es una apuesta?

- Ojalá lo fuera porque al menos ganaría dinero, simplemente no me gusta lo monótono. Lo aburrido.

- Bien, no te gusta lo aburrido pero te gusta lo simple. Se ve que eres una chica que no le gusta mucho romperse la cabeza cuando elige que ponerse cada dia.

- la ropa puede ser simple, pero quien lo lleva es quien la vuelve complicada. Es solo un complemento, la actitud de la persona siempre es lo más importante.

Es verdad que razón no le faltaba, me gustó su contestación. En ese momento me di cuenta que, no podia perder nada a intentar conocerla. ¿Por qué no?

- ¿vamos a dar una vuelta?, asi me vas contando cosas de ti Paula.

- ¿sabes que puedes conocer a una persona sin que la otra diga nada sobre su vida?

- Si no dice nada sobre su vida, ¿como es posible que la conozca?

- Una persona no es solo un pasado, un presente y un futuro. Una persona es momentos, manías, gestos. A veces si te fijas bien, terminas sabiendo todo.

Os juro que me quedaba alucinada a las cosas que decía, me era imposible contestarle de manera coherente. Me dejaba descolocada. Después de eso, la verdad es que tuvimos una tarde muy agradable. Me dejó acompañarla hasta casa, si como lo oís. Hasta su casa. Estabamos en la puerta y...

- así que, con que esta es tu casa. Primera cosa que se de ti sin preguntarte.

*sonriendo* - lo vas cogiendo Marta, lo vas cogiendo...

- He de decirte que para no haberlo hecho nunca, ha estado guay Paula.

- Nunca viene mal salir de lo monótono, variar es lo que da sentido a tu vida

*sonriendo* - creo que puedo aprender muchas cosas de ti Paula

- Muchas de ellas ya las sabes, solo tienes que descubrirlas.

- Lo dicho Paula, gracias. Ya nos veremos en otra ocasión.

- Adiós, pero no se si podré esperar ni un solo minuto en volver a verte.

- Lo bueno se hace esperar, Paula.

Media hora después me envía una foto, con la palabra "empezar". En ese momento me pareció muy raro, pero pronto os dareis cuenta como yo. De que fue más importante de lo que pensé que seria. No pensé que iba a significar tanto para mi.