Matrimonio sin sentimientos. (TERMINADA) ✔️

CAPITULO 27: Orgulloso de mi mujer.

CAPITULO 27: Orgulloso de mi mujer.

ALEXANDER HARRISON:

Terminamos de comer, al final me pedí lo mismo que ella, solo que la normal, porque Li se pidió la extra grande.

Espero que esto no le de una mala pasada más adelante para su estómago.

Pago por la comida y salimos agradeciendo. Abro la puerta del copiloto y ella se sube con una sonrisa.

Creo que voy a empezar por ahí, si quiero ganar su cariño la llevaré a comer.

Por ahí dicen, que por el estómago se enamora.

Ahora de aquí al evento son como cuarenta minutos o más, pero no importa.
No me quejo, me encantó estar sentado comiendo con Linda, fingiendo ser una pareja.

— Duerme, yo te aviso cuando estemos cerca.—le digo al verla de reojo cabecear.

Ella bosteza y asiente.

(…)

Dejo las llaves de mi auto al señor que se encuentra en la entrada. Volteo a ver a Linda y me enamora al verla de perfil con la noche de fondo.

— Vamos.—le tiendo la mano y ella dudosa la agarra.

Entrelazamos nuestras manos y dándole un apretón doy un paso y nos vamos hacia dentro. Doy mi identificación para que me dejen entrar y así caminamos por un largo pasadizo hasta que empezamos a ver un montón de personas y cada una de ellas acompañadas.

Linda suspira y detengo mi paso para voltear a mirarla preocupado.

— ¿Estás bien?

Ella ni me mira cuando responde.

— No hagas preguntas tontas, Alexander.

Y sin más me jala de la mano para seguir caminando. El dolor en mi pecho se hace presente pero lo ignoro, no me puedo comportar como un adolescente.

En el momento que la gente se da cuenta de nuestra presencia no dejan de ver nuestras manos entrelazadas y a mí.

Pero, la que se roba toda la atención y con justa razón es Linda.

Todos la ven como la diosa que es.

Seguimos caminando y frunzo el ceño cuando veo las miradas asquerosas de los viejos, así que, mi lado protector y posesivo se hace presente y suelto mi mano de la suya para ponerla en su cintura y traerla hacia mi cuerpo.

— ¿Q-que estás haciendo?—murmura.

— Algo que un esposo haría cuando está celoso. — digo sintiéndome tenso.

— Tu sabías muy bien lo que te iba a pasar si ibas a estar con alguien hermosa. — dice con esa seguridad suya que me encanta.

— Verdad, ¿Quién me manda a que me guste una mujer tan hermosa? — digo con un poco de gracia y sonrío abiertamente cuando la veo reír bajito.

A veces no la entiendo, hace un rato me contestó grosero y ahora se ríe de lo que digo.

Aparte de hermosa, bipolar.

Nos detenemos cuando una pareja muy conocida para mí se para al frente de nosotros.

— ¿Estoy viendo bien o ya me afectó la edad?—pregunta gracioso Alwin mirando mi brazo el cual sigue en la cintura de Linda.

Nunca he venido a estos eventos acompañado.

Su esposa a su lado se ríe por lo que él dice.

— Buenas noches, Alexander y...—la esposa de Alwin se queda mirando a Linda.