Parte 1

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-Me da igual lo que me digáis, es lo que parece. Todos tenéis ya vuestras parejas y yo sigo buscando, aunque estoy empezando a creer activamente que no hay nadie para mí.

-Que sí, Kiki -Respondió Martin -Siempre hay alguien para cualquiera y tú no vas a ser menos. Mírame a mí, yo no pretendía encontrar a Juanjo ya, pero cuando menos te lo esperas aparecen y te dan la vuelta a toda tu vida.

Bajó la mirada ya que no se creía ni una mísera palabra de lo que su mejor amigo le estaba diciendo. Ver que todos tus amigos habían encontrado a su pareja era doloroso por mucho que se alegrase infinitamente de ellos, pero esa envidia estaba ahí de manera latente. Su única esperanza era que su mejor amiga, Ruslana, era una alfa que tampoco había encontrado un omega para ella. asique no se sentía tan mal.

-No entiendo porque he tenido que nacer Omega, los alfas lo tienen infinitamente más fácil, solo tienen que esperar a que algún omega en celo desesperado se tire a sus brazos. -Escupió la pelinegra.

-Oye, que no están fácil como crees. -Se defendió su amigo -Que también es jodido ver como los omegas desesperados solo se te acercan para aparearse y entre todos esos tienes que encontrar a tu pareja. Es una mierda porque nunca sabes si estás eligiendo a la persona correcta. -Martin no pudo más que agachar la mirada

-Lo siento, Martin, me he pasado -La pelinegra se abrazó a su amigo -Dentro de poco empieza mi celo y ya estoy insoportable -Martín le acariciaba la espalda.

-No te preocupes, lo entiendo. Cuando Juanjo inicia su celo es insoportable. -Ambos soltaron una carcajada -En fin, ¿qué planes tienes para esta tarde?

-Mi guitarra, mi micrófono y el metro de Sol. -Dijo separándose. Chiara en sus tiempos libres iba a tocar al metro de Madrid ya que estaba enamorada de la sensación de que la gente la sonriese mientras cantaba alguna canción aleatoria.

- Me parece muy buena idea, la verdad. -Dijo su amigo -Después cuando termines te vienes a una discoteca que hay en Chueca que vamos a estar todos celebrando el single de Denna. -Chiara asintió sutilmente. No tenía muchas ganas, pero si era Martin el que se l pedía, podía hacer un esfuerzo en asistir.

- Iré, pero no sé cuarto me quedaré que ya sabes que a mi ese ambiente no me hacen mucha gracia -Martin comenzó a saltar de la felicidad ya que sabía que convencer a Chiara no era tarea fácil.

El día avanzó y con el tiempo llegó la tarde. Chiara se puso en una esquina de la estación con su guitarra a cantar canciones que se sabía perfectamente de memoria mientras la gente pasaba unos haciéndole más caso que otros.

Llevaba ya un par de horas cuando le llegó una sensación extraña mientras cantaba 'Mine' de Taylor Swift, se comenzó a sentir especialmente observada, pero por mucho que miraba a su alrededor no encontraba nadie que la mirase fijamente como para sentirse así de observada.

Hasta que los vio.

Al otro lado de la estación se encontraban un par de ojos castaños que la observaban penetrantemente sin apartar un segundo la mirada, casi obsesivamente. Cuando sus ojos se cruzaron no pudo evitar sentirse un poco cohibida ya que su portadora, una mujer pelirroja, vestida con traje y gabardina, le imponía muchísimo.

Como estrategia para dejar de mirarla, empezó a fingir que afinaba la guitarra, no sabía muy bien por que lo hacía pero necesitaba apartar la mirada de esa mujer.

Pero el autocontrol le falló bastante cuando volvió a levantar la mirada para buscar a aquella pelirroja, no la encontró. Por una parte, se sintió aliviada y por otra quería seguir observando a esa mujer para ver a donde la llevaba, pero esa mirada ya no estaba por lo que decidió seguir tocando como lo había hecho hasta ahora.

Pocos minutos después levantó la cabeza para agradecer a la persona que se había acercado a echar algo en la gorra que siempre dejaba delante de ella cuando tocaba, pero cuando fue a agradecer se encontró con los mismos ojos que antes la observaban desde la lejanía. Se quedó en blanco, no sabía que decir, pero su colapso fue mayor cuando olió las feromonas que aquella chica estaba mostrando.

Una alfa.

Inconscientemente y de manera casi primitiva comenzó a expulsar sus feromonas para hacerla saber que ella era una omega. La pelirroja, sin quitarle la mirada de encima, sonrió pícaramente

- Violeta, vamos que no llegamos a abrir -Escuchó a una chica hablar por detrás de ella. Chiara no pudo evitar mirar por encima del hombro de la pelirroja para observar a una chica de pelo negro, rizado y largo que, al olfatear un poco el aire, supo que también era una alfa

'Violeta'

Que nombre más bonito y que encima pertenecía a la mujer más guapa que Chiara hubiese podido ver en su vida.

La mujer se incorporó aún con la sonrisa en la boca, hizo un gesto a Chiara con la cabeza y se dio la vuelta para encontrarse con la otra mujer. Ambas dos caminaron hasta desaparecer de la visión de la medio inglesa que fue cuando Chiara sintió que podía volver a respirar.

No sabia que había sido, pero era consciente del imán que había sentido en su pecho al oler a Violeta. En un primer momento lo achacó a la desesperación del monotema que no paraba de rondarle la cabeza ya que podía ser que la frustración de no encontrar pareja le estuviese transformando en los omegas desesperados que tanto odiaba.

Chiara no sabía que había pasado, solo sabía que su loba interior aullaba por la necesidad de volver a oler a esa pelirroja, necesitaba volverla a ver, pero también sabía que era muy probable que lo que había sucedido era un encuentro fortuito que no se volvería a repetir.

Había sido surrealista, pero necesitaba volver a vivirlo.

Cuando pudo recuperar un poco la compostura miró la gorra por curiosidad y lo que vio hizo que casi le diese un infarto.

Un billete de 50 euros.

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Hola! Este es el primer capítulo de la primera historia que me animo a publicar.

Espero que os guste!

Sin miedo a nada - Violeta y ChiaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora