eras tú

62 15 3
                                    

Pedí que me atropellara un camión, ¡No que me asaltaran!

Acaban de asaltarme, me robaron la mochila. No era nada importante, solamente unos labiales, chicles, toallas femeninas... ¡El maldito celular y la maldita billetera! Estoy al borde del desmayo, en mi billetera iba mi tarjeta de débito y todo el dinero que tenía... ¿Por qué salí con TODO el dinero? Simplemente las reseñas de los visitantes por internet decían que este no era un pueblo para nada peligroso.

O al menos fuera de las criaturas mágicas que supuestamente hay y las cosas que dicen sobre el castillo y esa vampiresa.

Aún lloro, tendré que vivir en la calle en este pueblo que no conozco para nada, y con todo lo que dicen sobre las criaturas nocturnas, me robaran las cosas que traje y terminaré muriendo de hambre, ¡¿Por que a mí?! Todo esto más los horribles nervios y el miedo de ir a ese castillo... Pero bueno... Falta poco para llegar al castillo.

Solo me falta atravesar el bosque que rodea el castillo. Me prometí desde que nació mi hijo que no volvería a usar mis poderes, pero... ¿Y si algo viene y me ataca? ¿Que voy a hacer? No tengo nada con que defenderme, ni tampoco lo haría si tuviese algo, no quiero lastimar a nadie.

Me ha entrado tierra a los ojos mientras atravesaba el bosque, mi mala suerte hoy está a otro nivel. Tuve que quítame los lentes de contacto que siempre uso...

Tengo heterocromía, pero no es una heterocromía normal, tengo un ojo de color ámbar y un ojo con síndrome de Alejandría, o sea que mi otro ojo es de color morado intenso, y cuando estoy triste se pone de color azul grisáceo. Así que siempre uso lentes de contacto para no verme rara, unos lentes de contacto negros.

¡Se me cayeron los malditos lentes de contacto! ¡¿Que voy a hacer?! No puede ser... Me veo horrible así.

Encontré solo uno, así que lo voy a guardar de emergencia, siempre ando con un par extra en los bolsillos, por suerte no me han robado eso, y que solamente fue la mochila con todo lo demás.

Llegué al castillo, pero no encontré la entrada, me di la vuelta por todo el castillo y no la encontraba. Hasta que detrás de mi escuché unos pasos detrás mío y mi corazón iba a salir de mi pecho, así que no me quedó más opción usar mis poderes... Pero de la forma más inútil posible.

Me transformé en un pequeño gatito, nadie sería capaz de hacerle daño a un gatito pequeño ¿No? Y además no pensaba defenderme y atacar, solamente no quería que me deñaran, así que en esa forma me di la vuelta, y vi a un hombre parado ahí.

Era algo... No sé cómo describirlo, se veía de una apariencia algo descuidada, tenía un sombrero, el cabello medio largo, barba, lentes e iba con un martillo de metal casi tan alto como él al hombro. Se echó a reír.

-"jajaja, ¿que planeas hacer? ¿Espantarme con un maullido supersónico? Jajaja" quería morir en ese momento, no hice nada, me quedé queta ahí y di un maullido son mi consentimiento.

-"vamos, te ve visto, rubita, a mi no me haces tonto." Dijo el... ¿Debería transformarme en un lobo o un león y matarlo? Si, ¿Soy capaz de hacerlo?... Nunca, así que solamente deshice la transformación y me puse en la típica posición de "defensa" que es literalmente cubriéndome con los brazos y la cabeza abajo. Nuevamente se echó a reír, ¿A caso este hombre era loco? No lo sé, pero se reía por todo, aunque al mismo tiempo podía sentir algo de maldad en él, ni siquiera sabía por qué, ya que no había dado ninguna mala señal, bueno, a parte de molestar no.

Me tomó de la barbilla y me observó bien, y había solo una cosa en la que más se enfocaba; mis ojos.

-"tienes un ojo Azul y el otro como la perra gigantona... Curioso... ¿Que te trae por aquí?" Su voz era algo ruda y áspera, olía a algo de alcohol o algo parecido, y un olor a tabaco algo fuerte.

Su Sangre Especial Donde viven las historias. Descúbrelo ahora