Efímero

04.

Pablo Gavi

Ese día se despertó particularmente de un buen humor, milagrosamente obvio.

Eso nunca pasaba en el, lo tomo como buena señal y se levantó para comenzar a hacer su rutina mañanera. Se vistió muy guapo quería ver a Pedri porque se había tenido que perder un entrenamiento gracias a una visita repentina de su amigo de Sevilla.

Así que tardó un poco más de lo debido y salió casi corriendo de su casa, como Pedri ya no lo llevaba el había contratado a un chofer que lo transportaba siempre.

Subió y charlaron un poco de temas variados, cuando llegó se despidió de él y caminó apresurado evitando algunas preguntas en la entrada.

Entonces entró al vestuario y se empeñó a vestirse estando más atento de lo normal. Y esperando al canario que, para su decepción.

No llegó.

Bueno, al menos no a la hora que él lo estaba esperando, así que unos 20 minutos antes de que empezara en entrenamiento salió al campo en busca de Ansu, sonrió victorioso cuando lo encontró.

—Fati ¿que haces?— saludó más amable de lo normal, levantando sospechas en el guineano.

—mmm, estirando ¿que no ves?— sintió a Pablo un poco sospechoso ya que siempre llegaba a patearlo o llamarlo de alguna manera ofensiva.

—interesante— se quedó callado unos segundos encontrando las palabras.

—¿qué necesitas?— volvió a preguntar ya un Ansu un poco intrigado.

—olvide mi termo en mi auto— mentira, Pablo ni siquiera sabía conducir.

—eres malísimo mintiendo— Pablo frunció las cejas e inmediatamente cayó en cuenta.

—joder— susurro y Ansu lo miró.

—no me tienes que mentir a mi ¿que necesitas?— Pablo suspiró y tomó su mano para caminar fuera del túnel.

—Pedri no llega y estoy preocupado— explicó el sevillano y Ansu siguió su paso.

—Mister— le llamó Ansu y él mayor lo volteó abriendo sus ojos levemente en señal de que había escuchado.

—¿puedo ir a mi coche por unas cosas que Pablo se dejo?— miro al mayor quien asintio levemente.

—no tarden mucho, casi empezamos— Ansu tomó a Pablo de la mano y comenzó a caminar rápido con el tomados de las manos y a su aprovecho para mirar unas cosas en su celular.

Pablo miró a su alrededor y no encontró a nadie, pero vio a una figura femenina caminando y se le hizo familiar, era la chica con la que Pedro había hablado unos días antes y la chica le había coqueteado abiertamente en su cara.

Vaya que Pedri le extrañaba....

El se recargó en el coche con la puerta cerrada, y Ansu se encontraba recargado en el marco de la puerta de su carro, Ansu mantenía su mirada con el ceño fruncido mirando su celular en completo silencio mientras miraba su móvil como buscando respuestas, había veces que Ansu no se callaba pero el silencio comenzaba a enfadarle.

—¿que te pasa Ansu?— el silencio comenzaba a desesperarle y Ansu parecía no querer hablar. —¿porque no hablas chaval?— volvió a preguntar y el guineano giró su cabeza para mirarlo y le arrebató el celular.

—¡¿qué te pasa hombre!?— grito intentado arrebatarle el celular al moreno, quien se encerró en su coche y un desesperado Pablo golpeaba el vidrio furioso. Vio como el guineano movía botones en su móvil y al terminar lo apagó silenciando todo.