Camila
— ¿Necesitas algo más? — negué recostada en la cama, agarré el borde del edredón y lo subí hasta mi cuello.— No. — me reduje a decir. Asintió y luego me sonrió posando una de sus manos sobre mi muslo tapado.
— ¿Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras cierto? Siempre estaré para ti, Cami. — miré sus ojos y asentí.
— Gracias por todo, Tieran. En serio, siempre estás cuando más te necesito. — lo abracé sorbiendo mis mocos.
Salió de la habitación luego de repetir que podía llamarlo en medio de la noche si así lo necesitaba. Me volví a acurrucar en los edredones reteniendo en lo más bajo de mi garganta los deseos de gritar.
Mara vestida con un short y una camiseta mía apareció con dos tazas humeantes en la habitación. Me sonrió mientras abría la puerta, tenía un chongo desalineado recogiendo sus greñas.
— Hey, te preparé chocolate caliente. — entró a la habitación y caminó hasta sentarse en el otro lado libre de la cama. — Te hará sentirte mejor.
Asentí tomando la taza cliente. Un recuerdo de esa noche en la que habíamos sido empapados por la lluvia y luego él me había preparado chocolate para que pasara de estar congelada vino a mi mente. Empecé a temblar mientras apretaba la taza en mis manos.
— Hey, estoy aquí. — Mara se acercó más a mi y me quitó la taza de las manos.
Empecé a temblar con más fuerza mientras todo mi cuerpo entraba en un descontrol. Las lágrimas subieron a mis ojos haciéndome arder la mirada. Mordí mi lengua concentrándome en el dolor físico en lugar de pensar en el inmenso dolor emocional que estaba fracturando nuevamente mi cuerpo.
— Estoy bien. — me alejé de ella y me senté en la cama bebiendo del chocolate. Estaba delicioso así que intente disfrutarlo y dejar todo lo demás en un segundo y tercer plano. — Estoy bien. — Mara me miró con esos ojos llenos de pena. — Gracias por estar aquí, pero prefiero estar sola.
No quería estar con nadie, ni siquiera con mi mejor amiga. Necesitaba estar sola y pensar en cómo arreglar todo esto sin necesidad de que nadie, nadie me viera quebrarme.
La pelirroja asintio mordiéndose el interior de su mejilla. Se levantó de la cama. No quería sonar tosca o mal agradecida pero en verdad solo quería estar sola.
— Ok, ok, entiendo. Si necesitas algo ya sabes... Solo llama. — hizo el símbolo de teléfono con sus dedos pulgar y meñique y luego se marchó.
Me volteé en la cama y miré la pared unos instantes, reteniendo todos mis deseos de desaparecer de esta horrible realidad y solo olvidarme de todo. De todo el dolor que me estaba quemando viva desde adentro.
— Ven aquí, ven a dormir con esta pobre ilusa. ¿Quieres?
Queso se subió a la cama lloriqueando. Se acurrucó a un lado de mi cuerpo y posó su cabeza sobre mi estómago. Acaricié su cabeza metiendo mis dedos en sus pelos dorados y suaves. Lamió mi el interior de mi mano haciéndome sentir mejor.
∆—∆—∆
—
Bien, estudien el capítulo X para la próxima clase. — pidió el profesor luego de que el timbre de que habían finalizado las tres horas de clase sonara, recogí mis cuadernos y luego salí del salón.
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Cuando te tenga (II) [Borrador]
Novela JuvenilDespués de su primer año universitario, Camila decide alejarse de todo lo relacionado con su pasado. Dolida y destrozada por todo lo sucedido en este tiempo, acepta que el amor no es lo de ella y que se ha cansado de buscarlo. Mantener su carrera es...