El amor prohibido (Damirae)

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En un mundo de fantasía, donde las hadas, elfos, golems y otras criaturas mágicas habitaban en armonía, existía un reino gobernado por Damian, el rey de los humanos. Damian era un hombre apuesto y poderoso, pero también era conocido por su carácter frío y distante.

En el palacio real, vivía Rachel, una joven esclava que servía a Damian y a su madre, la reina. Rachel era una chica de belleza excepcional, con cabello oscuro como la noche y ojos tan profundos como el mar. A pesar de su posición como esclava, Rachel siempre había soñado con una vida mejor.

Un día, la madre de Damian decidió seleccionar a varias jóvenes esclavas para formar parte del harén de su hijo. Rachel fue una de las elegidas. Aunque se sentía halagada por la atención de la reina, también sentía un profundo temor por lo que le esperaba en el harén.

El día de la coronación de Damian llegó, y el palacio se llenó de alegría y celebración. Los jardines estaban adornados con flores exóticas y la música resonaba en cada rincón. Los nobles y dignatarios de otros reinos se habían reunido para presenciar el ascenso al trono de Damian.

Rachel observaba desde lejos, vestida con un traje sencillo pero elegante. A medida que la ceremonia avanzaba, su corazón latía con fuerza. Sabía que después de la coronación, Damian elegiría a la primera chica del harén.

Finalmente, el momento llegó. Damian se levantó del trono y caminó hacia el harén, donde las jóvenes esclavas esperaban nerviosas. Rachel sintió un escalofrío recorrer su cuerpo mientras veía cómo Damian examinaba a cada una de las chicas con una mirada indiferente.

Cuando sus ojos se posaron en Rachel, algo cambió en Damian. Su mirada se volvió intensa y su rostro se iluminó con una sonrisa. Sin pensarlo dos veces, Damian señaló a Rachel y la eligió como su concubina predilecta.

Rachel quedó atónita. No podía creer lo que estaba sucediendo. Había esperado ser elegida, pero nunca imaginó que capturaría la atención del rey de esa manera. Aunque se sentía halagada, también estaba confundida y asustada por lo que esto significaba para su futuro.

Con el paso del tiempo, Damian y Rachel comenzaron a pasar más tiempo juntos en privado. Rachel, cansada de su situación de esclava y de ser vista solo como un objeto de deseo, decidió enfrentarse a Damian. Quería saber si sus sentimientos eran reales o si solo la había elegido por su belleza.

Una noche, en la intimidad de los aposentos reales, Rachel se acercó a Damian con determinación. Lo miró fijamente a los ojos y le habló con voz firme pero temblorosa.

"Damian, no puedo seguir viviendo así. Desde el momento en que ingresé al palacio, algo cambió en mí. He sentido algo por ti, algo más profundo que solo atracción física. Pero me siento atrapada, como si mi vida no fuera mía. Necesito saber si lo que sientes por mí es real, o si solo soy una más en tu harén".

Damian se quedó en silencio por un momento, mirando a Rachel con una mezcla de sorpresa y admiración. Luego, su rostro se suavizó y se acercó a ella lentamente.

"Rachel, desde el primer momento en que te vi en el harén, quedé hipnotizado por tu belleza. Pero a medida que te conocía, descubrí que eras mucho más que eso. Tu valentía y determinación me han cautivado. No puedo negar que estoy locamente enamorado de ti".

En ese momento, Damian tomó su rostro entre sus manos y la besó apasionadamente. Rachel sintió cómo todas sus dudas y temores se desvanecían en ese beso. Por fin, había encontrado a alguien que la amaba por lo que era, y no por su posición en el palacio.

A partir de ese día, Damian y Rachel comenzaron una relación en secreto. Aunque su amor estaba prohibido por las normas del palacio, no podían negar la fuerza de su conexión. Juntos, enfrentaron los desafíos y obstáculos que se les presentaron, siempre recordando que el amor verdadero puede superar cualquier barrera.

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