𝒯𝓇𝓊𝑒 𝒽𝑒𝒾𝓇𝓈 (ᴬᵉᵐᵒⁿᵈ ᵀᵃʳᵍᵃʳʸᵉⁿ ˣ ᴼᶜ!ᴹᵃˡᵉ)

Tres

Leo la carta que padre me ha enviado. Parece que madre está teniendo algunas complicaciones con el embarazo y debe reposar en cama mucho más de lo que está dispuesta a tolerar. Yo estoy del lado que asegura su bienestar y ojalá estar allí para cuidarla, a veces me siento culpable de haber elegido estar aquí.

Confiaba en que las personas a su lado sean capaces de cuidarla como se debe. Sé que mis hermanos pequeños hacen su parte pero nada se compara al conocimiento y la practica de un maestre.

Padre está bastante preocupado por mi labor en la capital, quiere saber más de lo que estoy haciendo y cómo. Hasta me da instrucciones de cómo hacer lo que sea que él considere más oportuno.

Lo cierto es que no debo hacer mucho. Aunque por momentos me siento como un embajador de mi madre o algo así, es divertido y tiene algo reconocimiento después de todo.

La mayor parte de la corte presta atención al joven príncipe que participa activamente de ciertos asuntos. Bueno, aunque si no fuera porque Viserys lo autoriza por mucho que yo quisiera no podría estar allí. Mi insistencia en el asunto es lo que determinó que tan metido en esto estaría. Pero mi padre insiste en interferir en todo, quiero hacerlo a mi modo como hasta ahora lo he hecho, sin hacer caso a sus amables sugerencias.

Solo responderé a la carta dando las gracias por las noticias de madre y mis hermanos, pero ignorando por completo el resto del contenido. Que se imagine el mismo como va todo. Seguro que ha Dragonstone no llegan más que buenos comentarios sobre mí, no hay mucho mas que decir de todos modos.

Tal parece que estoy decidido a ignorar de verdad lo que no tenga que ver con mi familia en esa carta porque realmente no presté atención a sus palabras sobre no perder el tiempo en cosas innecesarias. Supongo que está al tanto de mis entrenamientos con Aemond, es demasiado específico con sus palabras como para no darme cuenta.

Como dije, voy a ignorarlo. Solo estoy ayudando a un amigo no tan querido en lo que puedo ¿Cómo es eso una perdida de tiempo? Parece que después de todo tiene mas conocimiento de lo que sucede aquí más que yo mismo que estoy viviendo en el castillo. No necesita que yo le diga nada más.

Probablemente en tres días vuele a Dragonstone para verlos.

―Veo que estás listo para nuestro entrenamiento.

Los músculos de mi espalda se tensar al escucharlo después de tanto silencio.

―Puedes pasar, sí ―me giro para mirarlo―. Veo que has estado practicando tus pasos silenciosos. Eres toda una pantera.

Siempre tengo que aprovechar cada tontería para burlarme.

Podría ser un pasatiempo, es divertido.

―¿Orgulloso de mí?

―Bastante, si me permites decir.

Dejo la carta a medio terminar y me levanto para ir hasta él.

Parece diferente, más confiado y decidido. ¿Puede que se deba a mi cumplido sobre su buen desempeño en el sigilo? Quizá, pero es muy orgulloso para decirlo.

Todo ocurre en un mínimo instante en el que paso por su lado y él se mueve rápido rodeándome con sus brazos, un agarre fuerte y duro que hace que reaccione contra su fuerza. Una navaja me amenaza con su filo muy cerca del cuello y es cuando lo miro.

Aemond sonríe con diversión. Maldito estúpido, cree que es gracioso.

―Quítame las manos de encima en este mismo instante.

―¿O qué?

―O te meteré esa navaja por el culo. 

―Creí que te hacía feliz ver lo bien que estoy avanzando. ―Su falso tono de tristeza me exaspera.