𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦𝐞𝐫; Cc Walker

➸ 02. 𝐂hristmas 𝐠irls

El espíritu navideño era inmenso en la casa Hale. Aunque no pasaran navidad en su casa amaban decorar todo. Faltaban pocos días para el día favorito del año de ambas pelirrojas.

Alora corría con la caja de los adornos por todos lados, decorando cada rincón de la casa. Incluso los puntos ciegos donde nadie podría ver los adornos. Pero eso no importaba, cada rincón de la saca debía rebosar de espíritu navideño.

Su espíritu navideño no solo se veía reflejado en la casa, sino también en los atuendos de las chicas. Esmeray había comprado suéteres navideños y algunos vestidos de los colores de la navidad para usar a lo largo del mes. Porque navidad no era solamente un día, navidad era todo un mes. Algo que muchos deberían saber.

Mientras la menor utilizaba un suéter con un estampado de árbol de navidad, Esme tenía puesto uno de Rodolfo el reno. Eran demasiados coloridos, pero vergüenza no era algo que estuviera en su diccionario. Eso no existía cuando lo que hacían las ponía felices. Debería ser lo único que importa.

—¿Has visto una caja pequeña de color rojo con un lazo dorado con brillos?— grito la mayor desde su habitación.

Alora se quedó petrificada en su lugar, accidentalmente la había tirado mientras decoraba y algo dentro sonó como vidrio rompiéndose. Si su hermana se enteraba iba a matarla, había buscado durante horas el regalo perfecto para Bill y Jess, quienes las acogían en su casa los días festivos para no dejarlas en soledad.

—¡No!— le respondió con un tono de voz bastante elevado para que su hermana pudiera escucharla —¿Tienes un plan B? Digo, por si no encuentras eso antes de irnos.—

La chica bajó las escaleras a toda velocidad, buscaba por todos lados la caja de regalo. Le había costado mucho conseguir la bola de nieve para los mayores. Era una edición muy antigua, había escuchado que Bill y Jess tenían una, pero se les había roto mientras ordenaban la casa.

Era de esas que cuando la sacudes parece que dentro estuviese nevando, dentro de la esfera de cristal debía estar una pareja en un convertible rojo bastante antiguo. Parecido al que Bill cuidaba y adoraba con toda su alma.

—¿Un plan B?— exclamó alterada —¡No tengo un plan B!, nunca tengo un segundo plan.—

La mayor comenzó a jugar con los anillos que descansaban en sus dedos, debido a la desesperación de no poder encontrarlo. Sentía que estaba en deuda con los Walker, quería hacer algo significativo para ellos. Pero, su única oportunidad de hacerlo estaba arruinada. O eso creía ella.

—Puedes darle... el placer de unir nuestras familias— intento alivianar la situación sin éxito —Wyatt estaría encantado— sonrió ampliamente.

Esme pudo notar que algo andaba mal con su hermana y entrecerró los ojos dejándole saber que tenía sospechas sobre ella.
—No sería una mala idea— se cruzo de brazos sin quitarle los ojos de encima.