𝟬𝟭𝟱. a lot of changes

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Ōishi Yasu tuvo una mañana difícil el tercer día del campamento de verano. Luego de que estuviera varios minutos en esa posición con Hinata (que parecieron horas) pudo levantar la vista para encontrarse con los brillantes y hermosos ojos del chico, que le brindó una sonrisa enorme a comparación de ella que no podía siquiera elevar las comisuras de sus labios.

De hecho, esos minutos lo único que había hecho fue sobrepensar todo de tal manera que ahora se sentía más nerviosa que de costumbre. Sabía que Hinata no estaba haciendo eso con otra intención, pero había olvidado que ella estaba en pijamas y él la vio de esa forma, preguntándose sí de verdad sólo lo hacía por ayudarla y no con otro fin. Recuerdos de las veces que fue utilizada en secundaria por chicos intentando verse amables con Yasu y que al final solo quería aprovecharse de ella la atacaron, y aunque sabía que Hinata nunca haría eso, a veces temía porque era inconsciente. Y eso la hacía sentir aún más mal.

—¿Quieres que te acompañe a la habitación de las chicas? —le preguntó él con voz tenue y segura. Yasu lo miró a los ojos, hipnotizándose, sin saber qué decirle.

—Si están despiertas… —murmuró indecisa, haciendo una pausa mientras intentaba evitar pensar en sus lindos ojos—. No sé qué les diré…

—No necesitas darle explicaciones a nadie y te juro que ellas tampoco las pedirán. Pero yo sólo quiero que te sientas mejor, porque sí aún necesitas tiempo podemos ir a dar una vuelta.

Pensándolo bien, la idea no le desagradaba. Aunque la pondría aún más nerviosa de lo que ya estaba decidió aceptar porque ocupaba aire fresco, o eso fue lo que se dijo a sí misma para autoconvencerse de que era buena idea salir al exterior con Hinata. Caminaron un rato y ella se dio cuenta que ya había amanecido, aunque en cierto punto se detuvieron.

Aún traía encima el suéter que Hinata le puso, así que al tener un poco de frío se lo puso mejor, inundándose de su suave olor veraniego. Inconscientemente sonrió, haciéndose bolita a sí misma hasta que Hinata la tomó de la mano y la miró a los ojos. Yasu sintió tanta vergüenza al sentir sus manos un poco callosas por el voleibol, pero que no dudaron en entrelazar sus dedos.

peace   ❀   hinata shōyōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora