Parte 1. ¡Apocalipsis ahora!

7 0 0
                                    

En los albores del siglo XV, comienzo de la modernidad, la humanidad vivía en armonía con la naturaleza y el progreso tecnológico había dado grandes avances en la calidad de vida. Las ciudades se destacaban en su organización, la gente sonreía en las calles y la esperanza llenaba el aire, el campo y los bosques...

Pero a medida que el tiempo pasaba, la codicia y la indiferencia se apoderaron de los corazones de muchos. Los recursos naturales se agotaron rápidamente, y las desigualdades sociales se profundizaron. A pesar de las advertencias de los científicos y activistas, la humanidad siguió ignorando las señales de alarma.

En la primera década del año 2040, sin previo aviso, la Tierra comenzó a temblar violentamente. Terremotos masivos sacudieron el suelo, tsunamis arrasaron las costas y tormentas desenfrenadas azotaron el cielo. La naturaleza, cansada de ser maltratada, se levantó en un furioso acto de venganza. La civilización se desmoronó en cuestión de días, y la humanidad se vio sumida en el caos.

Los sobrevivientes vagaban por un paisaje desolado, buscando desesperadamente un atisbo de esperanza entre las ruinas. Pero lo que encontraron fue un mundo irreconocible: ciudades convertidas en escombros, campos yermos y un aire viciado por la desesperación. La tierra misma parecía llorar por lo que una vez fue.

En medio de la devastación, la humanidad finalmente se dio cuenta del precio de su arrogancia y descuido. Las lecciones que se habían ignorado durante tanto tiempo se volvieron evidentes, pero ya era demasiado tarde. La tierra había sido herida de muerte, y el futuro se veía sombrío...

La desolación persistía, y a medida que los años pasaban, los restos de la civilización luchaban por sobrevivir en un mundo desolado. Las guerras políticas y económicas estallaron entre los pocos grupos que quedaban, luchando por los escasos recursos. La ambición desenfrenada llevó a conflictos brutales, donde la vida humana no tenía el mismo valor que antes.

La tecnología que una vez fue un símbolo de progreso se convirtió en una herramienta de opresión y control. Los líderes autoritarios surgieron, manipulando a las masas con promesas vacías y propaganda engañosa. La libertad y la justicia se desvanecieron en un pasado lejano, reemplazadas por un régimen opresivo que sofocaba cualquier intento de resistencia.

Mientras tanto, el cambio climático continuaba su curso implacable, con fenómenos extremos devastadores que azotaban lo que quedaba del planeta. Las sequías interminables arrasaban con las últimas cosechas, el aumento del nivel del mar inundaba las tierras costeras y las tormentas catastróficas arrasaban con la poca y escasa vegetación que quedaba en pie.

El hombre, una vez considerado el amo del planeta, se convirtió en su principal depredador, consumiendo vorazmente los pocos recursos que quedaban y sembrando el caos a su paso. La Tierra, herida y agotada, luchaba por recuperarse mientras el hombre continuaba su marcha hacia la autodestrucción, llevando al mundo a un oscuro, desolador e inexorable final.




¡Apocalipsis ahora!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora