23

236 30 10
                                    

Advertencia: Capitulo largo.
Recomendación: Preparen canchita c:

.................................................................................


[ 8 horas antes ]

Se encontraba despierto desde la noche anterior, no podía conciliar el sueño por mucho que trató, solo se quedó de pie junto al gran ventanal que tenía en aquella silenciosa habitación de hospital.

Fue el primero en presenciar el cantar de los pájaros junto al alba y la brisa fresca que dibujaba el claro de colores brillantes y cálidos, que daban paso a aquella acogedora madrugada que lo acompañaban desde muy temprano. Sus ojos verdes irradiaban un brillo esperanzado e ilusionado por el regalo de un paisaje increíble a primera hora del día.

Cualquiera creería que era de buena suerte ser de los primeros en poder apreciar tanta belleza que compartía la naturaleza. Derek estaba seguro que sería un excelente día.

Y a pesar de lo ansioso que estaba por ver a su castaño hiperactivo, tuvo que guardar recelo al imaginar que sería el único emocionado por verlo.

No obstante, la mañana fue interrumpida cuando observó por el rabillo del ojo la figura esbelta y bien arreglada cabellera castaña de su hermana, Laura; mirándolo recostada desde la puerta de la habitación.

Un resoplido involuntario escapó de sus labios, mientras que cerraba los ojos exasperado de verla una vez más con sus ojos fríos como el hielo, observándolo con decepción.

Ella no lo perdonaba del todo, ni siquiera él mismo deseaba ser perdonado.

Laura resopló incomoda, y dudó en ingresar a la habitación. Derek se percato de sus intenciones en acercarse al mueble que una noche atrás compartió con el castaño menor, suspiró.

-¿A qué se debe tu visita esta vez?-. levantó una ceja en señal de duda pero sin atreverse a mirarla, romper el hielo entre ambos Hale era difícil. Y más aún por lo que se avecinaba.

-Derek, es hoy-. Declaró la castaña sin apartar su mirada de él. Pudo notar como las facciones del moreno se endurecieron, pero no soltó palabra alguna. Laura suspiró. Iba a protestar ante su silencio, pero Derek volteó a verla con los ojos azules electrificados, Laura imitó el gesto pero esta vez sus ojos parpadearon en rojo sangre.

Azul y rojo chocaron y ambos soltaron un gruñido animal.

-Tú eres la alfa-. gruñó.

-Y tú el verdadero alfa-. gruñó ella en respuesta.

-Tú deber es guiar a los lobos Laura, no el mío-. gruñó de vuelta pero esta vez, apartó la mirada nuevamente hacia la ventana. No por sumisión ni mucho menos por temor.

Tenía que controlar su ira de alguna manera sin tener que lastimarla.

-Derek, ambos sabemos que no soy El alfa, recapacita, por favor-. Laura se acercó a él peligrosamente despacio.

Derek ni se inmutó.

-No es mi deber-. musitó esta vez cerrando los ojos y respirando hondo.

No podía, no quería que llegara el día. Eso solo significaba una cosa.

-Es tu responsabilidad-. sentenció la castaña, firme.

Derek volteó a verla, ahora ambos habían acortado la distancia que mantenían. Frente a frente, Derek sintió un nudo en la garganta, y Laura llevó su mano al antebrazo velludo de su hermano menor. A Derek se le formó una sonrisa casi invisible en el rostro, y Laura suspiró.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 16 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Instintos |O M E G A V E R S E| -P A U S A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora