- That Night -

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-Este- ¡Ah!

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-Este- ¡Ah!

Los dulces gemidos contra su oído que solo hacían que su lujuriosa alma se extasiara en ardor, tocando su delicada y blanca piel con sus castosas manos y uniendo sus labios apasionadamente, moviendolos al compás de la melodía caliente que había en el ambiente.

Kuku estaba comiendo la manzana prohibida del árbol impedido que alguna vez su ser le prohibió probar... Pero el sabor embriagante de su piel, sus labios ostentosos y endulzantes que lo hacían llevar y tocar las mismas estrellas pudo más con el, el deseo carnal pudo más con su necesitada alma.

Lamia cada centímetro del cuerpo de Fran, lo besaba tiernamente por cada rincón y dejaba pequeños caminos de chupetones alrededor de su cuello y pecho para así marcar su territorio y que le quedará muy en claro que le pertenecía a el, que eran una sola alma, una sola carne.

Francisco pedía por más, su nombre pronunciado en un dulce jadeo por el contrario solo le hacían enamorarse más y caer más ante los pies del castaño.

-Es-Esteban... Por favor...
El más pequeño enredo sus brazos alrededor del cuello del mayor y una vez más, se besaron salvajemente, enredando sus lenguas en una danza fogosa con el objetivo de buscar más placer en el cuerpo ajeno.

Esteban alejo su rostro del contrario y bajo lentamente su gran mano hasta llegar al final del gran abrigo que tenía puesto su tierno novio, jalo de esta rápidamente y sus ojos se llenaron de gracia al contemplar el delicado cuerpo de su chico.

Hombros pequeños y delgados, sus clavículas marcadas, su piel tan blanca como la nieve y su abdomen levemente marcado sin abandonar ese aspecto delicado.

Esteban se enamoraba cada vez más de Fran.

El rubio le miraba atentamente, con sus labios entrecerrados mientras esperaba el toque de las ásperas manos ajenas. Al sentir la caricia en su abdomen bajo simplemente cerro los ojos y depósito toda la confianza en su novio.
Confiaba en el porque lo amaba como nunca amo a alguien.

-Carajo... Eres malditamente hermoso.
Y con estás palabras, Esteban empezó a besar el frágil cuerpo de su novio, adentrándose y emborrachándose con el sabor de su alma.

El ambiente se calentaba cada vez más, de un momento a otro, Esteban sintió calor por todo su ser, haciéndole sudar litros de su cuerpo. El suéter ya empezaba a molestar y finalmente se deshizo de la prenda, quedando semidesnudo encima de Fran.

Este lo contempló todo, sus hombros fuertes, sus brazos tan rígidos y sobre todo, ese abdomen trabajado y duro como una roca que simplemente le hacía jadear al tan solo verlo y tocarlo. Alzó su mano y la deslizó por todo su abdomen, sintiendo el leve six-pack de su novio.

Este solo sonrió, pasando su lengua por sus labios mientras miraba fijamente a Fran que se cautivaba con el sensual cuerpo de su novio.

-¿Te gusta mucho?
Pregunto con esa voz aterciopelada que pocas veces sacaba a la luz.

Esa noche... - One Shot (Esteban Kukurickzka x Francisco Romero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora