Comunicación, la clave de muchas relaciones exitosas, ya sea entre amigos, tu pareja o incluso solamente con el desconocido que es tu compañero de trabajo. Muchos pensarían que es algo sencillo, otros lo consideran algo complejo, pero para aquel Ingeniero alemán era completamente un infierno.
De por si sus gustos ya le causaban problemas con la gente, el hecho de que fuera autista no ayudaba en nada. Honestamente si quiera sabía como tenía un grupo de amigos funcional. Probablemente era porque no se sentía doloroso interactuar con ellos ya que todos eran igual de raros que él... Y talvez, porque la mitad del grupo era neurodivergente. De todos modos disfrutaba con ellos y eran sus personas de confianza cada que los necesitaba. ¡Incluso tenían su pequeña tradición anual montando una casa embrujada cada Halloween!. Realmente se sentiría abandonado sin ellos.
Su vida también era algo complicada. Sí, su trabajo temporal en un Seven Eleven y algunos pedidos ocasionales que tenía de gente que necesitaba alguna clase de ayuda con un dispositivo electrónico o que solo quería una salvación para archivos corrompidos por un tonto malware, mejor conocido como virus, lo mantenían bastante bien. Compraba la ropa que le gustaba, comía lo que quería, compraba cuantos videojuegos quisiera. Y como no, su alrededor lo trataba como un trapo por eso. Si alguien no estaba aprovechándose de su ingenuidad, le llamaban aquella palabra con r que tanto detestaba por no actuar o vestir como alguien "normal". Y no solo eso. Lo peor de todo era que le costaba comunicar lo que quería. Si se sentía mal o inconforme con algo o alguien no decía nada, solo sonreía incómodamente mientras esperaba no sufrir una crisis por el estrés e incomodidad a la vez que rogaba que nada lo alterara desencadenando algo más grande en el mal sentido. En el peor de los casos no podía sacar si quiera una palabra de su boca ignorando por completo la presencia ajena.
Era su maldición. Una maldición que lo estaba arrojando lentamente en la soledad. Lo único que lo salvaba de ser un dolor de cabeza para cualquiera era ese rasgo extrovertido de su personalidad. Gracias a ese pequeño detalle podía trabajar de manera decente en aquel Seven Eleven... Ejerciendo como organizador en la bodega... Solo... En su burbuja.
Al menos tenía un poco de fe en que no estaría solo para siempre gracias a tener algo de experiencia en el amor. Eso le gustaba creer aunque fuese una mentira. Por más que dijera que si lo quisiera conseguiría una pareja en cualquier momento estaba muy consciente de que las cosas no iban a ser así. Su "experiencia en el amor" era bastante desastrosa después de todo.
¿Por donde empezamos?. Su primera pareja era una chica que parecía linda, una vampiro igual que su madre. Se había encariñado rápido con la muchacha un año mayor a él, deseando que esa felicidad le durara bastante. Suponiendo que bastante fueran 2 meses. Todo se fue al carajo en el momento en que descubrió que se burlaba a sus espaldas con sus amigas por ser tan "lento", sin mencionar la vez que lo obligó a tomar alcohol y fumar mota frente a sus amigos para quedar como alguien genial teniendo solo 16 años. Desde esa vez descubrió que las mujeres no eran lo suyo. Así descubrió que era gay.
Su segunda experiencia (mejor dicho desastre) con el amor, fue con su mejor amigo del instituto. Ambos se conocían desde hace bastante, y eran tan buenos amigos que entraron a la misma universidad, diferentes carreras pero misma institución. De algún modo ambos terminaron teniendo sentimientos por el otro y comenzaron a salir. La cosa se desmoronó cuando un estudiante terminó en una pelea gracias a los celos intensos del muchacho, Ethan.
A pesar de eso, lo intentaron de nuevo algunos años después, iniciando de nuevo un desastre amoroso para ambos. Todo parecía ir perfecto en su relación, era una bastante saludable a simple vista; saludable hasta la llegada de un nuevo conocido de Streber. Un joven de 22 años, Kevin; alto y bastante atractivo, un poco demacrado, pero que se veía bastante bien a pesar de eso; y que trabajaba en la tienda de dulces del pueblo. Solo eran conocidos, tenían sus limites; Streber incluso mencionaba que solo era alguien agradable para conversar. No era así para Ethan. Aquel pequeño problema de celos interrumpía de nuevo estrepitosamente, obligando al Alemán a romper con él justo después de enterarse que causó un intento de suicidio en el joven solo porque estaba celoso. Todo esto también le generó al Alemán la necesidad de alejarse de ese agradable chico que ahora era una victima de los celos de su ex, por miedo a dañarlo más.
ESTÁS LEYENDO
Loving Machine
FanfictionTW: Posibles menciones de autolesiones y un intento de suicidio Streber siempre ha tenido una vida bastante desastrosa hasta ahora, y todo parece ir peor cuando se da cuenta que está enamorado de alguien a quien ni si quiera le puede hablar. Entonce...