•Dulce semana•

(🍭) Día siete: San Valentín.

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T/n espera en la puerta de Tobio tal y como se lo dijo.

Le dió tiempo suficiente a su príncipe para que se duche y se cambie el uniforme de Karasuno.

Le suplicó de rodillas a su madre que le dé las llaves del coche y sorprendentemente se las dió, con la condición de que vaya con cuidado.

No quiere pensar mucho en las palabras de su padre a su madre "Deja que nuestro hijo vaya a un paseo con su novio, hace mucho que no nos quedamos solo nosotros en casa, además es San Valentín".

Por supuesto que salió de allí en el momento en que su madre le tendió la llave con rapidez y subió al cuarto seguida de su marido.

De solo pensarlo le da repelús.

–Llegaste– Tobio, hermoso como siempre, viste pantalones de vestir y una camisa blanca suelta con bonitos bordados de corazones a lo largo –Feliz San Valentín–.

T/n abraza a su novio por la cintura, teniendo cuidado de no arruinar las prendas delicadas de su chico –Feliz San Valentín, amor–.

Comparten una pequeña sonrisita antes de inclinarse y besarse brevemente.

T/n le abre la puerta a su novio y el armador se sube al coche, esperando a que su pareja haga lo mismo.

–¿A dónde es?–.

T/n arranca el motor y conduce con cuidado por las calles –Queda cerca de mi preparatoria, vas a reconocer el lugar porque pasamos varias veces por allí–.

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–Buenas noches ¿Reserva a nombre de quién?– La chica pregunta amable a los dos jóvenes, T/n le da sus datos sintiendo la mirada de su novio –Pueden pasar, mi compañero los guiará a su mesa–.

Un chico que parece de la misma edad que la pareja les hace una seña y T/n junto a Tobio lo siguen.

El mayor se aseguró de que la mesa sea junto a una gran ventana con vista a la ciudad, el chico se retira luego de dejarles el menú y el menor mira asombrado la decoración.

Es elegante y cálido, hay decoraciones y estanterías con bordes finos de oro y no puede evitar la sorpresa ante la mesa perfectamente decorada con pétalos, velas y bombones en forma de corazón en el centro.

–Se ve genial–.

T/n sonríe ante la mirada sorprendida y tiende a su novio una de las cartas con las comidas –Ten, amor–.

Kageyama toma el menú y se sorprende un poco al ver la cantidad de ceros a la derecha –O-Oh– Está a punto de decir algo cuando la mirada intensa de su novio lo detiene –Quiero decir, todo se escucha delicioso–.

T/n sonríe satisfecho –Pide lo que más te apetezca–.

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La cena transcurre con calma mientras hablan de temas triviales, T/n dándole miradas divertidas a su novio cuando se saborea al probar el picante de cada plato.

Tobio se siente en el paraíso, cada bocado es el mismísimo cielo.

Si bien no es experto en la degustación incluso él puede decir lo fino y delicioso que es cada porción.