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Izuku da golpes con sus zapatos rojos en el cemento, corre rápido mirando al ser de ojos hermosos que se ha adelantado a el, sosteniendo entre sus labios una paleta verde que de vez en cuando intenta escapar de sus dientes afilados, dientes blancos que se bañan en el anaranjado natural que se vuelve entre mas se eleva al cielo, en carmín impregnado en ojos afilados. Izuku sonríe al avanzar inclusive más que la persona a la cual admira tanto, dando vuelta en su eje con pequeños saltitos que parecen transmitir la emoción del momento al rubio por su ceño fruncido.

Katsuki ahora camina lento, apretando el palito de la paleta con fuerza hasta romper el dulce dentro de su boca, esto le provoca al peliverda una mueca torcida, suspirando bajo para lamber el helado de cereza que se derrite lamentable en la palma de la mano. Tratando con delicadeza todos los excesos que frotan de los bordes exteriores.

Katsuki suspira por el comportamiento retorciendo los ojos, sonriendo discretamente por la pequeña conexión de miradas que sucede en el momento indicado donde el morado comienza a surgir trayendo oscuridad.

Aun así, katsuki e Izuku siguen caminando dando pasos similares que conviven armónicamente, casi iguales hasta que los pequeños detalles se deslumbran como estrellas relucientes en la penumbra de la noche.

Izuku da pasos torpes pero determinados aún cuando se enrienda solo de vez en cuando. katsuki es recto, elegante y seguro hasta que se tropieza un poco causando expresiones inquietantes.

Pero ambos se ríen, se topan su hombros de vez en cuando y cuando llega el momento donde se supone ambos se separan, Katsuki alza la mano en una señal despreocupada, corriendo avergonzado hasta entrelazar los dedos con los callosos del pecoso.

Mira la piel algo tostada deslumbrar por los tenues colores fosforescentes, delineando todas la cicatrices de batalla como los ojos esmeraldas serenos resultantes entre tanto morado.

Con el toque sombrío del cielo, parece más maduro, ha crecido y se nota en su cara, con expresiones poco expresivas pero llenas de solo "el"

Katsuki siente el punzante dolor en su pecho pero se recuesta en su hombro, arrugando la camisa de cuello que ahora siempre parece tener.

Algo distraído, suelta suaves risas, porque están bien, los dos están bien.

Sus helados han desaparecido, pero el sabor pasajero sigue en su lenguas coloreadas.

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⏰ Última actualización: Apr 24 ⏰

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al atardecer (Delukatsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora