No Pablo, solo Gavi.

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{Leer con La de la mala suerte — Jesse & Joy]

El vídeo había llegado a su fin pero Gavi aún miraba la pantalla de su móvil fijamente no emitía ningún sonido, sólo estaba allí mirando con una expresión neutra en el rostro, siquiera una lágrima corría por su mejilla

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El vídeo había llegado a su fin pero Gavi aún miraba la pantalla de su móvil fijamente no emitía ningún sonido, sólo estaba allí mirando con una expresión neutra en el rostro, siquiera una lágrima corría por su mejilla. Esas fotos suyas habían sido tomadas en Ibiza, con el camarero sexy y ahora cuando estaban bien con Pedri decidían sacar las fotos a la luz. Y Pedri joder, él estaba con una chavala.

Su corazón se había roto en pedazos.

¿Lo utilizo? ¿A caso alguna vez sintió algo real? ¿Le fue infiel con una rubia? 

Aunque en teoría ante el mundo eran amigos...pero en la práctica lo eran todo.

Ante el estado del menor tanto la ojigris como el rubio intercambiaron miradas preocupados, habían visto a Gavi llorar a mares siempre que algo le dolía y sabían lo enamorado que estaba de Pedri, se esperaban a que llorase o gritara o algo así, pero no estaba en silencio y eso no era en lo absoluto bueno. Porque dejarlo solo con su mente era un peligro constaten.

No podía llorar, quería pero no podía.

Mil y un preguntas llegaron a su mente.

¿Y si se aburrió de él? ¿Y si sólo fue un experimento? ¿Y si....?

—Pablo...—murmuro Fermín mirándolo con preocupación. 

El menor levantó la mirada lentamente, sus ojitos almendra se encontraban vacíos y su rostro sombrío sin una pizca de emoción en ella. 

—El Mister...te quiere...ver...en su oficina...—susurro recibiendo una patada disimulada por debajo de la barra por parte de Roma.

—Oh...—musitó. 

Y si, se había olvidado de aquello, esas fotos no solo manchaban su imagen como futbolista sino también podía afectar al club y eso en verdad era lo que menos quería, que por culpa suya al club lo macharan. Soltó un suspiro cogiendo el móvil y antes de que sus amigos pudiesen decir nada se fue corriendo a su habitación dando un portazo, una vez dentro, miro el móvil que estaba bloqueado y gruñendo arrojó el aparato a la pared. A aquel pobre y destrozado móvil le siguieron un par de libros, sus trofeos y un par de fotos, pateo con tanta fuerza la mesita de luz que su lámpara terminó en el suelo hecha añicos. Había golpeado con tanta fuerza las paredes con frustración que sus nudillos estaban rojos, con tanta rabia miro su reflejo en aquel espejo de cuerpo completo que estrello su puño derecho contra el vidrió rompiéndolo y en el proceso se clavaron varios pedazos pero no le importo.

Fue entonces cuando cogió en sus manos aquella foto que tanto amo, la fotografía con Pedri en su cumpleaños en Canarias.

—¡Estúpido y desgraciado, Pedri!  —tiró al suelo esa foto que por la fuerza del impacto se partió en varios pedazos —¡Te odio! —le grito a la imagen de ambos con unas sonrisas en el rostro.

De Canarias A Sevilla {Gadri}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora