Con Meda y sus travesuras, el sistema de control religioso de Babilonia se salio del control establecido. Ya se había podido apreciar su rebeldía durante el diezmo la cual había impulsado a diseminar por toda Marduck la doctrina de un tema profético destinado a liberar a las tribus de la tirania de Babilonia, pero nunca se había sabido de una combinación tan perfecta entre personas y preparativos.
De «Análisis de la Carrera de la Muerte», por el Nefilim Baldur Sadoglu.
De camino al ascensor, Meda coloca la cerbatana en su lugar junto con la dardeara. Después aparta a los guardias boquiabiertos que protegen los ascensores y le da al botón número ciento veinte con el puño. Las puertas se cierran y esta sale disparada hacia arriba. Consigue llegar a su planta antes de que las lágrimas empiecen a bajarle por las mejillas. Escucha como los demás la llaman desde el salón, pero sale corriendo por el gineceo hasta llegar a su cuarto, cierra con pestillo, toma el kaftan de su madre y se tira en la cama. Ahí es cuando empieza a llorar de verdad.
¡Lo ha hecho! ¡Lo ha echado todo a perder!
Cualquier rastro de oportunidad que tuviera se desvaneció al disparar ese dardo a los Nefilim.
¿Qué le harán ahora? ¿Detenerla? ¿Ejecutarla? ¿Coserle la boca y convertirla en un ciervo de Brokk y Eitri para que pueda servir a las futuras ofrendas de Tiamat?
¿Baruj Adonai? ¿En qué estaba pensando?
Por supuesto, no estaba pensando, disparo a la manzana por la rabia que le daba que no le hiciesen caso. Meda no intentaba matarlos. ¡De haberlo intentado, ya estarían muertos!
Bueno, ¿qué más da? De todos modos, no iba a ganar la carrera, así que ¿qué importa lo que le hagan?
Lo que de verdad la aterra es lo que puedan hacerles a su padre y a Serbal, lo que pueda sufrir su familia por culpa de su imprudencia. ¿Les quitarán lo poco que tienen o enviarán a su padre a la cárcel y a Serbal al orfanato?
¿Los matarán?
No los matarán, ¿verdad? ¿Por qué no? ¿Qué más les da a ellos?
Tendría que haberse quedado para disculparse, o para reírse, como si hubiese sido una broma por parte de la religión de Amara, quizás eso los habría vuelto más indulgentes. Sin embargo, en vez de eso, se va y sale de allí corriendo de la forma más irrespetuosa posible.
Leah está llamando a la puerta; Meda le grita que se vaya y, al cabo de un rato, lo hace. La chica tarda al menos una hora en llorar todo lo que puede; después se quedo hecha un ovillo en la cama, acariciando el vestido lleno de pintura de su madre, viendo cómo se pone el sol sobre la destrozada silueta del edificio de Babel.
Al principio Meda piensa que vendrán a detenerla de un momento a otro, pero, conforme pasa el tiempo y la cosa parece menos probable, se calma. Los pecadores siguen necesitando a las dos ofrendas de la tribu de Judá, ¿no?
Si los Nefilim quieren castigarla, pueden hacerlo en público, esperar a que ella esté en la pista y así lanzarle animales mutantes hambrientos. Se asegurarán de que no haya cerbatanas y dardos para defenderse.
Sin embargo, antes le darán una puntuación tan baja que ningún peregrino en su sano juicio querrá convertirse en su devoto. Eso es lo que pasará esta noche.
Como los telespectadores no pueden ver el entrenamiento, ya que según ellos esto es un evento sumamente sagrado, los Nefilim anuncian la clasificación de cada corredor, lo que le da a la audiencia, principalmente a los pecadores, un punto de partida para las apuestas que continuarán durante toda la carrera. El número de estrellas, una cifra entre diez y ciento veinte, donde el diez es rematadamente malo y el ciento veinte inalcanzablemente bueno, representa lo prometedor que es la ofrenda y su supuesta posibilidad de perdonar los pecados cometidos. La nota no garantiza quién ganará, no es más que una indicación del potencial que ha demostrado la ofrenda en el entrenamiento. Debido a las variables del campo de batalla real, las ofrendas con más estrellas suelen caer casi de inmediato y, hace unos años, el chico que ganó la carrera sólo recibió un treinta. En cualquier caso, la clasificación puede ayudar o perjudicar a una ofrenda en la búsqueda de devotos. Meda esperaba que su habilidades con la cerbatana le dieran un sesenta o un setenta, aunque no tenga mucha fuerza física, pero ahora está segura de que tendrá la nota más baja de los veinticuatro. Si nadie le ofrece su devoción, sus posibilidades de seguir viva se reducirán casi a cero.
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La carrera de la muerte 2
Подростковая литератураEstá la primera parte en la que he estado trabajando, en ella cuento como para demostrar su poder, el régimen del estado totalitario de Tiamat se organiza cada año el rito religioso llamado "La carrera de la muerte" en honor del dios Vucub-Camé. En...