{Si Jung Hoseok no le hubiese pedido que faltara a clases y le ayudase a escoger un anillo de promesa, tal vez Heo JiWon no se hubiese sentido tan culpable por enamorarse del novio de su mejor amiga.
Ella solía pensar que todo era blanco o negro per...
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Todo era diferente con Jiwon.
Con Eunbi no recuerdo un solo momento en que no me haya sentido inseguro, siempre nervioso por el hecho de tener mi primera novia y preocupado de hacer algo mal.
Había querido impresionarla y gustarle tanto que no me había preocupado en tratar de descubrir si en verdad sentía algo por ella.
Con Jiwon, encajábamos a la perfección. Lo sabía. Me gustaba. La quería. Sin embargo, aunque le había ordenado a Jimin que no la comparara con su amiga, yo lo hacía constantemente en mi cabeza. Mucho. Y siempre salía vencedora. En apariencia, temperamento, compatibilidad y simpatía. Cuando se trataba de sexo... vaya, no había competencia de ningún tipo. Jiwon se encendía en mis brazos como un fuego salvaje cada vez que la tocaba. Su ansia de mí era genuina, y no podía saciarme de eso.
Hace un año no era más que el chico al cual sus compañeros de trabajo molestaban por ser vírgen. Cuando empecé la relación con Eunbi no había tenido idea de nada, ella era quien tenía toda la experiencia y yo me había sentido cobijado de que pareciera no tener problemas con ello en absoluto. Me enseñó lo que le gustaba, yo estuve dispuesto a aprender todo lo que pudiera para complacerla. Pero ella siempre había guiado.
Ahora yo era el profesor. Era mi turno de darle su primera experiencia con cada nueva cosa que hacíamos. Había algo muy primitivo en eso. Y sexy o no, saberlo me dio la tranquilidad de confiar en ella. Aunque me dije a mí mismo que lo más conveniente sería tener algo de reserva al respecto.
Vamos, no lo digas, ya sé lo que estás pensando de mí. Tener esas ideas no me hace sentir orgulloso, me hace sentir como un tonto, pero es que después de la forma en que Eunbi me había mentido, traicionado y burlado, asumo que debí haber sido más juicioso y endurecerme un poco para la próxima chica que viniera.
Seis días después de que comenzamos nuestra relación secreta —secreta porque no queríamos que Eunbi lo descubriera y armara un lío por esto— llegué a la escuela ansioso y agitado. La última vez que había tenido la oportunidad de ver a Jiwon fue a principios de la semana en clase de apreciación del arte.
Dado que Jin había reajustado los horarios en Bangtan y el entrenador aumentado el tiempo de los entrenamientos, se nos estaba complicando pasar tiempo juntos. Así que apreté el paso para verla lo antes posible.
Esta urgencia de querer tenerla cerca me volvía loco.
Fue una verdadera coincidencia que la divisara delante caminando con Eunbi en mi dirección. Ninguna de ellas se dio cuenta de nuestra proximidad, aunque pronto lo harían, era inevitable; iba a caminar a su lado. Fruncí ligeramente el ceño, preguntándome porque se veían tan amistosas. No me daba la impresión por parte de Jiwon de que ella y Eunbi aún fueran siquiera remotamente amigas. Pero luego escuché a la mayor diciendo—: Es este sábado, más te vale estar ahí porque no puede ser reprogramado. ¿Me entendiste?
