Agnes. 6°

🔥CAPITULO 32🔥

SIN EDITAR.

😈<<{Agnes}>>😈

Salgo del baño junto a mis hombres con la frente en alto, me importa poco si me escucharon gemir o a los gemelos Martz, no es algo que ellos no hayan hecho o visto antes.

Muchos de los soldados de la mafia de Andrei miran el suelo evitando mirarme y solo hay pocos que me miran descaradamente sin temer las consecuencias, al llegar a la sala de la mansión la palma de una mano impacta con fuerza en mi mejilla volteando mi rostro hacia un lado, sonrío por la estupidez de la persona dueña de la mano y giro mi rostro para mirarla.

Sarnosa: Es la última vez que nos faltas el respeto de esa manera.

Agarró su muñeca con fuerza haciéndola soltar un quejido lastimero, pero poco me importa, se atrevió a golpearme y por ello perderá su mano.

Con mi otra mano agarró del bolsillo del tapado mi navaja, los hombres levantan sus armas al igual que mis hermanos, Andrei, Finn y Thom, rodando los ojos por los gritos y los tirones que la otra mujer le da a mi brazo pateo su rodilla haciéndola caer al suelo, la mujer a la que le sostengo la mano llora silenciosamente y me mira con suplicas en sus ojos, como si ne importara una mierda.

Mirándola a los ojos con una sonrisa en el rostro clavó la navaja entre el hueso semilunar y cúbito de su muñeca, su grito hace que su aliento choque contra mi rostro haciéndome entrecerrar los ojos cuando restos de saliva horrible sale disparada en mi dirección.

Agnes: Joder no sabes que la saliva es el fluido corporal con mayor transmisión de enfermedades.

No entiendo porque hay tanto revuelo en la sala, gritos, insultos y amenazas, solo deseche una mano, debería de agradecer mi benevolencia al no matarla.

Aunque si no la curan lo más probable es que muera desangrada

Ruedo los ojos y me dirijo a la cocina dejando el revuelo atrás para poder limpiar la sangre de mis manos, abro el grifo y lavo mis manos viendo como el líquido transparente se vuelve carmesí para luego desaparecer rápidamente por el desagüe, cierro mis ojos, apoyo mis codos en la mesada y me inclino mientras el agua corre por mis manos, me parece tan tranquilizante sentir el agua cayendo por mi piel.

Sonrío aún con los ojos cuando siento un apretón en mi nalga derecha seguido de un pequeño azote en la izquierda de uno de mis hombres, dos manos grandes agarran mis caderas, no las reconozco el anillo que se clava contra mi tapado con tanta fuerza que dejará una pequeña marca en mi piel, el olor que empieza a envolverme es fuerte y asqueroso, como humedad y tabaco, mis ojos se abren, el ceño se me frunce y no llego a darme vuelta porque siento un rostro enterrarse en mi cuello.

Mihail: Puedo hacerte sentir mejor de lo que mi hijo lo hace, puedo darte más de lo que él jamás podría darte y fo…

Agnes: Aléjate de mí.

Pateo con mi talón fuertemente contra su tibia haciéndolo retroceder, me giro dispuesta a golpearlo o matarlo sin importarme las posibles consecuencias que conlleva matar al boss de la mafia rumana, pero ya no está frente a mí.

Se encuentra en el suelo siendo brutalmente golpeado por un Andrei salvaje, uno lleno de ira y rencor.

Lo golpea una y otra vez sin parar mientras le grita y reclama por todas las cosas que le hizo vivir de niño, no es muy diferente de un animal al que tuvieron encerrado toda su vida y ahora está destrozando a su torturador.

Aunque me hubiera gustado matarlo a mi por tocarme se lo dejo a él, la ira se acumula dentro tuyo hasta el punto de cegarte y eso es justo lo que le pasó.

Thomas: ¿Estás bien? ¿Qué pasó?

Agnes: No dejen entrar a nadie, no pueden ver esto.

Si sus soldados ven que él es quien está matando a su padre se lo dirán al consejo y el consejo querrá sacarle el puesto como sucesor, no estoy dispuesta a que el arruine todo por lo que sé que trabajo.

Más que el cerdo del suelo.

Los chicos cierran las puertas de la cocina y las cortinas de la ventana y se ponen delante para que no puedan abrirlas, agarró los hombros d Andrei haciendo que me mirale, su respiración es agitada, tiene sudor cayendo de su frente junto a la sangre que el cerdo le escupió, le digo suavemente que se ponga de pie lo cual hace y lo abrazo sin importarme marcharme de sangre.

Agnes: Gracias tesoro.

Andrei: ¿Estás bien?

Agnes: Lo estoy, límpiate la sangre.

Andrei: Esto tendrá problemas, será mejor que se vayan, no podré sacarlos de aquí cuando el consejo se entere de esto.

Nolan: Tú límpiate, nosotros nos encargamos del resto.

Hace caso sacándose la remera que tenía sangre al igual que los pantalones, se lava las manos y el rostro en el fregadero, va hacia la lavandería que afortunadamente está junto a la cocina y vuelve con ropa limpia, pone la ropa de sangre en el fregadero y le prende fuego mientras me arrodilló al lado del cerdo.

Agnes: Nathan, Nolan.

Ambos entienden lo que quiero y se encargan de rodearme cuando me subo sobre el cerdo y empiezo a golpearlo en los mismos lugares que lo golpeó Andrei, no me mancho como él, pero lo soluciono esparciendo sangre en mi ropa y rostro con mis manos.

Nolan y Nathan me cubren para que los demás no puedan sacarme de donde estoy, aunque no me gusta que los apunten a ningunos estoy permitiendo que mis hermanos lo hagan con los demás quienes gritan y protestan llamando la atención de afuera.

El que peor está es Andrei, quien se cuelga de mis hermanos sin importarle el arma.

Agnes: Calmense, ya terminé.

Declaró al mismo tiempo que las puertas se abren por seis soldados que ven la imagen y automáticamente me apuntan, para sus ojos yo soy la asesina y mis hermanos los cómplices mientras que los demás son los que quisieron detener esto y los amenazamos con armas.

Tan simple como eso.

Las dos mujeres chillan y lloran cuando ven todo, los soldados nos agarran con fuerza del cuello a los tres ignorando como Andrei quien es ahora su boss les grita que no nos toquen.

Esto está fuera de su poder, porque la muerte de un boss pasa directamente al consejo a menos que sea natural, lo cual claramente no fue.

Soldado: El consejo está llegando señor.

Andrei: Sueltenlos.

Gruñe furioso.

Agnes: Cal… mate…

Carajo, podría apostar que el idiota que me sostiene tenía algún problema conmigo, porque no veo que los estén agarrando igual de fuerte a mis hermanos, pero no me importa sonrío igualmente mientras nos arrastran a los sucios y fríos calabozos.

En este estará el idiota que me agarró antes de morirse.