Pasaron unos días y yo estaba explorando el lugar en el que estaba, era muy ¿Agradable?.. había muchas áreas verdes, un amplio lugar en dónde podías conversar con cualquiera y ser amigos, muy feliz para mí. Sin embargo, la vestimenta era lo que más me molestaba. Lo blanco no me quedaba bien.
Fui hasta una banca y me senté mirando el arededor, por suerte no habla sol, eran las 6;30 de la mañana y había un cálido clima, un frío que me encantaba y un viento que acariciaba mis cabellos. Estaba tan relajada hasta que ví a esa pelinegra cerca en dónde yo estaba. No soy de prestar mucha atención a las cosas y el momento en dónde nos presentaron estaba muy.. ¿Drogada?, no lo sé, recién me había despertado. La vi con atención sentarse en el césped, ella disfrutaba mucho de esa área verde en donde había flores, ella especialmente escogía las flores de color moradas.. no sabía el porque, ni tampoco quería saberlo, sólo la estaba observando porque era entretenido verla divertirse sólo con flores, o eso pensaba. Hasta que ví su crisis.
- .... No.. no.. ¡No ahora! - dijo comenzando a temblar mientras se levantaba rápidamente mente.
Ella comenzó a alterarse tanto que me quedé impactada, la pelinegra pensaba que alguien quería hacerle daño, me levanté para ayudarla pero el acto siguiente que ella hizo me dejó helada.
- Basta .. BASTA!! AHHHH!!! -esos gritos escalofriantes hicieron que me diera miedo, ví cómo se desesperó por completo y comenzó a dañarse ella sola, en cuestión de minutos.. su ropa blanca se pintó de rojo, seguido de eso, cayó al suelo.
Cuando pude reaccionar, fui a levantarla, manchando mi ropa y manos de sangre. Apenas la había tocado y a lo lejos escuché un grito que hizo que me exaltara y volteara a la dirección de donde provenía ese grito.
- ¿¡Qué hiciste!?, ¿¡Qué pasó!? - dijo una de las enfermeras que venía trayendo una regadera para regar las plantas, que dejó caer por el impacto que aquella escena le había dejado.
- No hice nada!, ella se desesperó y hizo esto! - dije en modo de defensa, la enfermera se acercó y me apartó para llevar a la pelinegra a "emergencia", a lo lejos escuchaba a la enfermera pidiendo ayuda a sus compañeras ya que las heridas eran graves. Miré al césped y recogí las flores que la pelinegra había soltado, las intenté limpiar con mi mano, pero sólo lograba que la sangre se esparza por toda la flor, malogrando sus pétalos hermosos.
Recogí más flores, si un suspiro y fui a mi habitación a cambiarme de ropa, bueno, de bata. Dejé las flores en un vaso con agua, por suerte, ningún paciente se levantó y las enfermeras estaban ocupadas con la chica.
Me lavé las manos y me puse otra bata. Me fui a sentarme en la camilla esperando a que mi compañera regresara.
Pasaron las horas y aún nada, creía que la habrían cambiado de habitación, o en el peor de los casos, que ya no estaba con vida.
Me quedé dormida esperando su regreso, perdí la noción del tiempo y cuando desperté, ví que mi compañera estaba sentada en su camilla con el vaso que tenía las flores que levanté del suelo.
- gracias. Siguen siendo bonitas - dijo sin mirarme.
- No es nada, ya te sientes mejor?- respondí mientras la veía que contemplaba las flores, no porque yo se lo había guardado, si no se notaba que le hacían sentir mejor. Aún así, no sonreía y seguía teniendo esa expresión de preocupación.
- Por cierto, no sé si recuerdas mi nombre, pero soy Gwen, Gwen Flowers. Mucho gusto, las enfermeras me suelen llamar Amy, que era el nombre de mi madre. - no entendía el pq las enfermeras la llamaban por el nombre de su madre. Tal vez se parecían.
- mucho gusto Gwen o Amy, mi nombre es Jenni, Jenni Rodríguez.
Esta vez sí era una presentación formal. Nos dimos la mano y ambas volvimos a lo que estábamos haciendo. Ella admirando sus flores.. y yo... Admirando a ella.
Mi último deseo, Flor morada
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Mi último deseo.. Flor morada.
RomanceJenni es una chica de 25 años la cuál acaba de terminar una relación de 6 años por una infidelidad. Gwen es una chica de 17, ella está internada en el psiquiátrico en dónde llevan a Jenni.