Un vinilo de Queen

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Últimamente todo lo que Esteban podía hacer era pensar en ese pendejo provocador de mierda.
no había casi nada bueno que decir de Matías, era prepotente, le gustaba la plata más que respirar,jugaba a dos puntas y no se esforzaba nada en al menos hacerlo con delicadeza y asi y todo lo tenía loco, había perdido la cabeza hace rato por él, no importaba tener que evitar a Francisco porque era lo que había prometido, ni que ya no pudiera hablar siquiera por mensajes con Enzo, que era su amigo de toda la vida; lo único que le importaba era estar asi,como estaba ahora, con el pendejo provocador de mierda sentado encima.

El ventilador de techo giraba lento sin lograr levantar mucho viento, solo se movía tenuemente la cortina y la parte lateral de la sábana que llegaba al piso.

Matías estaba sin remera, con un pantalón deportivo y el pelo mojado encima suyo.
sus dedos delgados se movían rápido en el celular mientras Esteban, allí abajo, le acariciaba las piernas pero se estaba enojando, se sentía ignorado, usado.

-¿con quién hablas?-le preguntó cansado deteniendo sus caricias

-Enzo-dijo él sin siquiera mirarlo

-¿estás sentado arriba de mi pija escribiendote con Enzo?

-si, parece que si...

Esteban se levantó de golpe y lo tiró a un costado de la cama

-eh, ¡que agresivo!

-¿podes no hablar con él cuando estás conmigo al menos?-le preguntó casi gritando, bajando de la cama

-me rompe las pelotas que seas celoso, no me jodas, vos y yo no somos nada

-si, yo soy algo-le dijo con bronca-soy tu tarjeta de crédito, Enzo es tu billetera...

-que llorón de mierda

-y vos que pendejo de mierda

-es lo que hay-respondió encogiendose de hombros

-¿te vas con él?

-si

-bueno, anda no más-dijo saliendo de la habitación. se había cansado, le estaba siendo fiel a alguien no dispuesto a darle lo mismo, y eso iba a acabarse ahora.

●●●

Cuándo Mati se fue a buscar a Enzo al trabajo, Esteban se dio una ducha y esperó pacientemente su visita,había invitado a Francisco a pasar la tarde con él.

Se sentía miserable, sabía que lo estaba usando, pero su intención no era herirlo, solo queria dejar de pensar, al menos un segundo, en Matías.

Fran llegó puntual y en cuanto entró al departamento toda la vibra del mismo cambió.
parecía que a dónde iba llevaba una buena onda que se contagiaba, era una persona muy dulce y Esteban admiraba eso.

-ay me gustan tus plantitas-dijo acariciando las hojas de una planta de interior que, desde que Matias vivía alli, Esteban había olvidado.

-gracias-le dijo él sonriendo-¿querés tomar algo? tengo cerveza...

-si, dale

Esteban abrió la heladera y tomó dos botellas de medio litro; le dio una a Fran y ambos se sentaron en el sofá.

No parecía haber tema de conversación, estaban a gusto pero callados, sonriendo ocasionalmente hasta que Fran posó su mirada en un viejo tocadiscos

-¿anda?

-si,pone lo que quieras

Francisco dejó la botella en la mesa de la sala y se acercó al tocadiscos.
detrás de este había una hilera de discos de vinilo en sus tapas.

-¿sabes como se usa?

Él le dijo que no, algo avergonzado, asi que Fran se acercó hasta él.
tomó el primer disco que encontró, uno de Queen, y mientras levantaba la tapa de acrílico para colocarlo, Francisco lo miraba de cerca.
se veía cansado y descuidado, con ojeras y una barba crecida algo enredada; asi y todo le parecía hermoso.

El disco empezó a girar y cuando Esteban
bajaba la tapa se percató de lo muy cerca que estaban.
se miraban y la tensión era palpable.
Fran esperaba una mínima señal pero, al no notarla y ver que Esteban amagaba a alejarse, avanzó un poco

-¿te puedo dar un beso?-le preguntó tan nervioso que podría haberse desmayado

Esteban se rió apenado

-soy lento ¿no?-le dijo,volviendo para encontrarse con él, cara a cara

-lindo sos-le dijo Fran y entonces, finalmente, Esteban pudo olvidarse de Mati por algunos minutos, totalmente perdido en los labios de Francisco que,en comparación, le parecían mil veces más dulces.

●●●

Por otro lado, en otra parte de la ciudad,más precisamente en las oficinas de un banco,Enzo la estaba pasando mal.
Esa semana habían entrado algunos empleados nuevos que parecían respetuosos y capaces en lo que hacían.

todos,menos uno.

-¿y que queres que haga? hice lo que me pediste

-¡no!-gritó ya sacado de quicio-yo no sé de dónde venis vos,pero las cosas acá se hacen como yo digo

-¿y quién lo dice?

La vena en la frente de Enzo parecía latir

-¿vos sabes que yo soy el gerente del banco? ubicate ¿querés?

-me ubico,pero a mi no me vas a tratar mal, si tenés los cables cruzados resolvelo, no soy un pendejo que se deja maltratar. yo sé que mi laburo esta bien hecho

El chico se fue dejandolo solo pero antes de cruzar la puerta, Enzo lo llamó

-eh-le gritó provocando que este lo mire-¿cuál es tu nombre?

-Agustín-le dijo el tipo, y cerró la puerta.

●●●

Llegado el horario de salida, Enzo tomó el auto y salió del estacionamiento encontrándose a Matias que lo esperaba en la puerta.
el pibe subió del lado del acompañante y subió los pies al asiento mientras jugaba con su celular.

En ese instante, un auto que salía a toda velocidad se le cruzó dandole el tiempo justo de clavar los frenos.

-¡¿que haces animal?!-gritó sacando la cabeza por la ventanilla, solo para ver la mano de Agustín hacerle un gesto,indicándole que el paso lo tenía él

-uh ¿y ese gil?

-uno nuevo, lo tengo montado en un huevo desde esta mañana

-espero que no literalmente ¿no? mira que sos mio vos

-siempre tuyo ¿a dónde querés ir a comer?

-a dónde sea, pero ponete de buen humor, no te calientes al pedo

-no me caliento-dijo él,con su mirada puesta en el auto de Agustín que ya se perdía en la avenida.

Te amo, pagas mi alquilerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora