𝙏𝙧𝙞𝙜𝙜𝙚𝙧.. | [𝘏𝘠𝘜𝘕𝘐𝘕]

𝙒𝙝𝙖𝙩 𝙩𝙝𝙚 𝙝𝙚𝙡𝙡 𝙩𝙤 𝙙𝙤?

Hwang Hyunjin ama la atención.

Jodidamente la ama, y sabe perfectamente cómo obtenerla.

O eso creía.

Para nada que le interesaba la universidad, si por él fuera se iría al carajo y no volvería nunca más, pero ese lugar siempre tenía algo que lo hacía volver, algo así como una clase de imán que nunca le dejaba en paz. Su casa era jodidamente aburrida, y prefería mil veces pretender que iba a "estudiar", a estar aguantando miles y miles de sermones de parte de su mamá.

Creía que estaba loca, al igual que todos en esa casa. No apreciaba a nadie, absolutamente a nadie, porque jamás pudo sentir cariño sincero hacia alguno de ellos, y tampoco quería hacerlo nunca.
Definitivamente su familia estaba rota desde hace muchísimo tiempo, si es que a eso se le podía llamar una "familia."
Su misma hermana se lo había confirmado el día que desapareció entre la puerta con una cantidad exagerada de maletas, mirándolo con cierto resentimiento.

"Todos en esta casa son unos tarados de mierda, y no iba a incluirte, pero desde que entraste a esa estúpida escuela, te mereces el puesto del mejor imbécil del planeta."

¿Eso había sido un halago? Le daba igual, alguien menos a quien aguantar, esperaba no verla nunca más, de igual manera estaba hasta la mierda de que a diario le dijesen que eran idénticos.

—Estúpido, es mi melliza.

Pero olvidemos todo ese tema, el punto está en que, ¿por qué carajos la gente sigue idolatrando a su persona? No es como que fuese la mejor persona del mundo, todos en ese lugar lo sabían, aunque para su mala suerte, comenzaban a darse cuenta que él no era para nada un hombre correcto, ni mucho menos alguien que conviene para un amorío. A algunos solamente parecía que les valía una mierda salir lastimados.

Sobre todo las mujeres. No sabía cómo carajos, ni tampoco si sentirse cansado de ser su tema de conversación cada día de la puta existencia, pero tampoco le podría disgustar mucho.

A diario escuchaba entre murmuro y murmuro todo lo que hablaban sobre él:

"Ten cuidado con él."

"No te lo recomiendo, es un tarado."

"He escuchado las cosas que ha hecho, y créeme, no son precisamente bonitas."

"Su amor no es seguro."

Bingo.

Claro que tenían la razón, pero hablaban tanto sobre esa mierda, y tenía unas ganas enormes de taparles la boca con un gran trozo de cinta.
Si bien no se equivocaban, se había dado cuenta que desde hace un tiempo las personas que iban por detrás de él eran cada vez menos, algo que comenzaba a molestarle demasiado, ¿se creerían toda la mierda que decían sobre él, de verdad?

—Grupo de imbéciles.

Él necesitaba ser el centro de atención, no podía ser un cero a la izquierda en ese maldito lugar, no quería aparentar ser un idiota desesperado, pero definitivamente no querría salir del único lugar donde puede sentirse como alguien importante en la vida de muchas personas, su ansiedad le pedía a gritos hacer algo al respecto.