The Villainous Shizun Is As Beautiful As A Flower

CAPÍTULO 35

El aullido del viento ahogó sus voces.

Ye Bingran de repente se dio cuenta de que este lugar era una ilusión creada de recuerdos y que la otra persona no respondía.

Miró al niño exquisitamente guapo, se inclinó para recoger la espada Li Tian de la nieve y se la devolvió. Luego se hizo a un lado, sacudió la nieve acumulada de una piedra y se sentó.

Shen Liuxiang inclinó ligeramente la cabeza, apoyó la barbilla con una mano y miró fijamente a la persona que todavía lo miraba fijamente.

Pensó para sí mismo: Realmente es como un bloque de madera, con un aspecto tan aburrido y tonto.

Había venido a la Secta de la Espada con el grupo de Qingling para jugar. Aquí, el taoísta Jianzhen se llevó a su Maestro, y sus hermanos mayores fueron al campo de entrenamiento, mientras que el tío Lan se lo llevó a él.

El Tío Lan siempre lo amó y siempre le daba un montón de cosas lindas cada vez que se encontraban. Esta vez no fue la excepción.

Lo trataron bien, comió comidas y bebidas deliciosas y tocó la abultada bolsa de almacenamiento. Se envolvió en una cálida y esponjosa manta y durmió en una hermosa cama.

Al ver esto, el tío Lan sacaba un qin de nueve cuerdas y tocaba una melodía relajante para ayudarle a tener buenos sueños.

Después de dormir media hora, Shen Liuxiang se frotó los ojos somnolientos y escuchó al tío Lan hablando con alguien.

-Han pasado casi dos años desde que se unió a la secta y todavía no habla. Simplemente practica la espada en la montaña trasera todo el día. Lo he intentado todo, pero no sé qué hacer-.

La persona a su lado suspiró levemente: -Hermano Lan, se ha esforzado mucho. Este niño es realmente lamentable. Vio a sus padres ser tragados por una bestia demoníaca para protegerlo, sólo para ver sus restos ensangrentados esparcidos por todas partes. Por no hablar de que sólo tenía cinco años, si fueras tú o yo, ambos nos volveríamos locos-.

-Practica la espada día y noche porque siente dolor en lo más profundo de su corazón-.

El tío Lan también suspiró.

-Cuando me presentó sus respetos como su maestro, le pregunté por qué empuñaba la espada. Señaló mi mano y escribió: ¡Para evitar que alguien muera delante de mí!-.

Shen Liuxiang agarró un puñado de nieve, bajó la cabeza y jugueteó con ambas manos.

La tarde se hizo más oscura.

Estaba detrás de Ye Bingran, que casi se estaba convirtiendo en una escultura de hielo.

-Tengo un regalo para ti -.

Dos pequeños muñecos de nieve, cada uno del tamaño de una palma, aparecieron en la línea de visión de Ye Bingran. Uno sostenía una pequeña ramita y el otro tenía una hoja verde en la cabeza.

-Como no hablas, lo tomaré como si aceptaras-.

Shen Liuxiang colocó los muñecos de nieve en el suelo uno por uno, luego levantó los párpados, se enderezó con la cintura recta y dijo con valentía: -Está bien, es hora de que me devuelvas el favor-.

Los alrededores quedaron en silencio por un momento, y solo se escuchó el sonido de los copos de nieve cayendo suavemente.

El rostro de Ye Bingran mostró un poco de confusión. Rápidamente tomó su bolsa de almacenamiento, pero tan pronto como extendió la mano, descubrió que no había nada en su cintura. No sólo no tenía una bolsa de almacenamiento, sino que ni siquiera tenía un trozo de jade roto.