Juani.
La brisa cálida de argentina me recibía de nuevo mientras bajaba del avión y llevaba solamente la mochila sobre mi hombro; metí mis manos sobre los bolsillos del abrigo beige mientras las sobre cargos se encargaban de ayudar a todos los pasajeros en especial a los más mayores, baje dando un pequeño salto antes de llegar al final del último escalón, siempre lo hacía, de esa manera funcionaba mi cerebro quizá.
Después de mucho tiempo, regresaba a Argentina, luego de haberme ido hace unos años atrás dejando todo atrás, dejando a todos los que conocía, dejando sentimientos, tristezas y alegrías. Deje a amigos, con el único que mantuve una estrecha comunicación fue con Matías que al igual que yo, nos mudamos a Estados Unidos.
Ingrese al aeropuerto e hice todo el chequeo que debía hacer, tomé mis maletas y me dirigí hasta la salida de migración listo para salir de ahí y pisar correctamente las tierras argentinas.
Cuando salí a la zona donde todos los pasajeros se reencontraban con sus familias y amigos, entre las personas que esperaban ansiosas a sus familiares, parejas o amigos me encontré con unos ojos azules y una hermosa sonrisa esperándome, yo sonreí abiertamente cuando lo vi antes de caminar hasta él quien sostenía mi nombre escrito en un papel, con sus manos sosteniéndolo.
—¡Lucas!
Sus brazos se enredaron alrededor de mi cuerpo recibiéndome y yo le regresé el abrazo, sintiendo el suave beso que depositaba en mi cabeza y me apretaba contra su pecho, yo sonreí al separarme y mirarlo a los ojos después de tanto tiempo.
—Mucho tiempo, ya, boludo —murmure con una sonrisa y Lucas me sonrió tomando mis maletas para arrastrarlas.
—¿Cómo te trato Nueva York todo este tiempo?
—Una maravilla —murmure mientras lo seguía guiándome hasta el estacionamiento del aeropuerto buscando su auto entre todos los que estaban ahí.
—Lo noto, no por nada eres uno de los mejores modelos y cantautores que tiene Argentina —me sonrió y yo sentí como el calor subía a mis mejillas haciéndome reír eufórico al escucharlo.
—Estas boludeando.
—¡Lo digo en serio!
Me reí.
Jamás me lo había tomado en serio, para mi todo lo que había pasado en mi vida había sido falso, aún era difícil de creer y seguía pellizcándome para saber si lo que vivía era real. Si lo que estaba viviendo era tan real.
Me había ido de Argentina cuando cumplí los quince años y había venido un par de veces, la última vez que vine solo fue para ver y presenciar lo que le había pasado a Francisco, poco después, me fui, me juré que no volvería pero lo hice, incluso cuando sentía que cada desgracia pasaba por mi culpa y temía por el día de mañana.
Pero todo este tiempo, lo único que pude hacer fue trabajar duro y constante para lograr mis sueños después de todo lo que pasó en mi vida hace años atrás, cosas y personas que destruyeron mi corazón, promesas que se rompieron hace años.
Pero después de tanto trabajo, había visto el fruto de mi propia cosecha.
—¿A donde querés ir?
Lucas me abrió la puerta de su auto y yo subí poco después antes de verlo subir segundos mas tarde, tiré mi mochila hacia atrás y me encogí de hombros mientras sacaba mi celular y tuiteaba algo después de haberle tomado una fotografía al aeropuerto y sonreír. Revise algunos mensajes y lo mire.
—A casa —murmure—. Quiero descansar, mañana me reuniré con los chicos.
Lucas asintió. Era la primera vez que me reuniría con ellos después de tanto tiempo.
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Un corazón de promesas (LIBRO #3)
Fanfiction"Las promesas rotas, se las lleva el viento en cenizas" O donde Juani cree que la promesa que Felipe le hice hace años estaba rota. AU OMEGAVERSE