El viaje en automóvil hasta el tranquilo pueblo rural fue una experiencia llena de incomodidad para Lee Minho. Mientras el paisaje urbano de Seúl se desvanecía en el espejo retrovisor, su mente estaba llena de pensamientos de desagrado y enojo. Había pasado años desde la última vez que había visitado ese lugar, y la idea de regresar le resultaba intolerable.
Cuando finalmente llegaron al pueblo, Minho se sintió como un extraño en una tierra extraña. Las calles polvorientas y los edificios deteriorados le parecían desoladores y anticuados, un recordatorio incómodo de su pasado que prefería olvidar.
Al entrar en la casa de su abuelo, Minho fue recibido por la cálida sonrisa del anciano, cuyos ojos arrugados se iluminaron al verlo.
"Minho, hijo mío, ¡qué alegría verte de nuevo!", dijo el abuelo con voz amable mientras se levantaba para abrazarlo.
Minho devolvió el abrazo, aunque su expresión seguía siendo sombría. "Hola, abuelo", murmuró, incapaz de ocultar su descontento.
El abuelo lo miró con preocupación, notando la tensión en su rostro. "¿Qué sucede? Pareces perturbado".
Minho suspiró, sintiéndose abrumado por la tormenta de emociones que lo invadía. "Es solo que... este lugar me trae demasiados recuerdos desagradables. No quería volver".
El abuelo asintió con comprensión, colocando una mano reconfortante sobre el hombro de Minho. "Entiendo, hijo. Pero recuerda, este pueblo también es parte de ti, parte de tu historia y tu familia".
Minho frunció el ceño, incapaz de aceptar fácilmente las palabras de su abuelo. "Pero yo ya no pertenezco a este lugar. Mi vida está en la ciudad, donde puedo alcanzar mis sueños y ser quien realmente quiero ser".
El abuelo sonrió con ternura, sabiendo que tenía mucho que enseñar a su nieto sobre la vida y el verdadero significado de la felicidad. "Quizás. Pero no descartes la posibilidad de que este lugar pueda enseñarte algo valioso. A veces, los mayores tesoros se encuentran en los lugares más inesperados".
Las palabras del abuelo resonaron en la mente de Minho, dejándolo con una sensación de inquietud y curiosidad. Aunque seguía sintiéndose perdido y fuera de lugar en el pueblo
(...)
El aroma dulce del pastel recién horneado llenaba la pequeña cocina de la casa de Han mientras él terminaba de decorarlo con cuidado. Con una sonrisa satisfecha, colocó la última guinda en la parte superior y se detuvo un momento para admirar su obra.
Justo cuando estaba a punto de poner el pastel en una bandeja para llevarlo al nieto del Sr. Kim, sonaron tres golpes en la puerta. Han frunció el ceño, sorprendido por la visita inesperada, pero rápidamente se apresuró a abrir la puerta.
"Felix, Seungmin, Jeongin, ¡qué sorpresa verlos aquí!", exclamó con una sonrisa de bienvenida.
Felix, con su habitual entusiasmo, entró primero seguido de Seungmin y Jeongin. "¡Hola, Han! Nos enteramos de que estabas horneando un pastel para el nieto del Sr. Kim, así que decidimos pasar a saludarte y ayudarte si necesitas algo".
Han asintió con gratitud, agradecido por la ayuda de sus amigos. "¡Eso es increíble, chicos! Estoy a punto de llevar el pastel al nieto del Sr. Kim, ¿quieren unirse?"
Los tres amigos asintieron con entusiasmo y se sentaron alrededor de la mesa de la cocina, compartiendo historias y risas mientras Han preparaba el pastel para llevarlo al nieto del Sr. Kim.
"Fue una gran idea hacerle un pastel", dijo Seungmin, admirando el pastel decorado con esmero.
Jeongin asintió con entusiasmo. "Sí, estoy seguro de que el nieto del Sr. Kim apreciará el gesto. Es un buen toque de bienvenida al pueblo".
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Destinos Entrelazados *Minsung*
FanfictionEn el ajetreado Seúl, Lee Minho, un joven ambicioso y dedicado, se encuentra atrapado en la vorágine de la vida urbana mientras lucha por alcanzar sus sueños profesionales. Por otro lado, en un tranquilo pueblo rural en la provincia de Gyeongsang, s...