Mujer de mente distraida

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-¡HIJOS DE PUTA!¡ANORMALES DE TACATACA!¡NO VALEIS NI PARA UNA PUTA PERSECICIÓN, ANORMALES DE MIERDA! -gritaba, Conway, a Gustabo y a Freddy quienes se encontraban en el despacho de su superior atentos a los insultos que recibían.

Jack se dedicaba a dar vueltas por la habitación mientras ladraba groserias. Todo esto había empezado cuando a Gustabo se le había escapado, por incontables veces, uno de los mejores atracadores del momento: El limón, o almenos lo llamaban así. Sus persecuciones eran perfectas, su coche iba a la velocidad adecuada como para girar y parar cuando quería, metiendose en callejones y acelerando a velocidad máxima haciendo perder a los todos los policias por muy buenos que se consideren.

-Pero jefe, solo ha sido una persecución sin importáncia -replicó Gustabo.

-¡ESE NO ES LO IMPORTANTE, GUSTABO!, ¡EL CASO ES QUE HOY ES UNA, MAÑANA ES OTRA Y PASADO DEMUESTRAS LO INÚTIL QUE ERES!

Gustabo se quedó callado mirándolo a los ojos donde encontraba furia aunque estuvieran tapados por unas gáfas, mientras que Freddy estaba atento a su móvil y no a la conversación pues el juego Flappy Bird lo tenía enganchado.

-¿No vas a decir nada, Gustabin? -preguntó algo más calmado pero con un tono dominante y furioso.

-No tengo nada más que decir -contestó el rubio y acto seguido se aproximó a la puerta para abrirla e irse de aquella habitación con un buen portazo.

-¡Vete tú tambien, joder! -le ordenó a Freddy lleno de rabia.

-Vale, neno.

Salió del despacho con calma para encontrarse con Gustabo recargado en la pared de enfrente.

-¿Qué tal, neno?

-Estupendamente, comisario. Estoy de locos -dijo con una clara ironía en sus palabras.

-No hagas caso a Conway, ya está mayor. ¿Me entiendes, neno? -le calmó a la vez que se recargaba en la pared al lado de Gustabo.

-Es que últimamente está más amargado de lo normal, joder -expresó caminando hasta la terraza, que no se encontraba muy lejos de donde se encontrban. Freddy le siguíó.

-Pero eso es normal en él -comentó mientras sacaba un cigarro y lo encendía para, luego, llevarselo a la boca y dar una calada larga.

-¿Hace cuánto que no folla? -preguntó de repente dejando con los ojos abiertos a su superior.

-Pues yo que sé, neno. Desde que se murió su mujer supongo.

-¿Hace cuánto fue eso? -preguntó interessado.

-Mucho, neno, mucho. ¿Y por qué quieres saber eso? -cuestinó intrigado.

-¿No crees que le vendria bien una...? ya sabes -le dijo mirándolo esperando a que su conexión telepática funcionara.

-No, neno, no te entiendo.

-Joder, Freddy. Una chica amorosa, una acompañante, una mujer de mente distraida -comentó comenzando a estresarse.

-Sigo sin entenderte, neno -frunció el ceño.

-¡UNA PROSTITUTA, FREDDY!¡UNA PUTA, COMO LO QUIERAS LLAMAR! -exclamó ya cansado.

-Ya he entendido, chim.

-¿Le contrato una? -sonrió.

-La va a mandar a la mierda pero si le quieres putear, pues chim.

Ambos se rieron y Gustabo sacó el movil para meterse en una página donde podías contratar a chicas de compañia. No se paró ni a elegir una en específico, la primera que vio la contrató.

Ven a mi - One shots Jack Conway y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora