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[ — Ah cualquier hora — ]
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Todo parecía estar arreglado, tenía su bonita relación que tanto anhelaba. Siria aun que no se dejaba dar caricias en público también estaba contentó. Todo estaba aclarado y ahora podían ser felices.
Como cualquier pareja enamorada, pasaban tiempo juntos, Venezuela parecía ser el cursi de la relación y Siria el Limón agrio de sus tacos.
Tenían un mes de haber empezado una relación formal, las caricias y los besos para el árabe solían ser molestos, pero no negaría que los disfrutaba.
Y a pesar de que el no fuera amoroso muy en el fondo tenía esa necesidad de estar aferrado al latino en sus días malos. Se odiaba por volverse tan vulnerable al lado del latíno.
— ¿ Porque tan feliz, Vene? —
Preguntaba Puerto Rico, pues, ya llevaba rato con la misma sonrisa de idiota por varios minutos. Venezuela era un idiota de un buen corazón, y para la crítica de los latinos, parecía más feliz, más feliz que cuando se imaginaba a Nicolás Maduro dejar la Presidencia.
— ¡ Hey! , ¡ hey! , ¡ sordo de mierda! —
Todos esos medios hermanos se miraban unos a otros, Venezuela parecía estar atrapado en su mundo de imaginación, pues sólo soltaba suspiros . Parecía una adolescente enamorada, aun que no fuera mujer, ¡ ERA UN CURSI!
— Le doy una semana — Dijo México.
— ¿ Para que se le quite la cara de idiota? , no lo creo, nació con ella hermano — Burlándose Argentina del veneco, hacia comentarios con tal de joderlo, pero una vez más el suramericano ignoraba todo su alrededor, encerrado en su burbuja de fantasías.
— ¡ No! , ¡ le doy una semana para que cojan !—
— Oh, claro —
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