RELATO N.º 1 - Cap. 6. El mensaje.

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La tarde comienza a caer mientras me deleito leyendo a mi escritor favorito, con quien comparto mucho más que el nombre, al mismo tiempo me encuentro reposado cómodamente sobre un viejo sillón, contemplando la vista que ofrece la ventana de mi habitación, cuál pintura de Turner, comienza a conmoverme...

Noto como el cielo empieza a adquirir un hermoso tono rosáceo, fundiéndose al mismo tiempo, con los últimos rayos de sol, el danzar de las ramas de los árboles, producto del viento, abandona sutilmente aquellas hojas débiles que van cubriendo poco a poco mi jardín, y... ¿Cómo describirles este aroma? Ese que desprende el ambiente y anuncia que muy pronto la lluvia llegará...

Entre lectura y contemplación, no puedo evitar pensar en Jenny, quisiera verla, poder hablar con ella nuevamente. En nuestra última charla le he platicado sobre Loco, me llena de ilusión que algún día puedan conocerse, entre tanto, reflexiono también sobre mis historias, pienso en muchas cosas en realidad... pero hay algo en lo que mi mente no quiere incurrir y ustedes se podrán imaginar...

En pleno momento de reflexión, observo, desde aquí, un pequeño bulto en el piso, justo en frente de la puerta... Lamentablemente, mi escasa vista no me permite poder distinguir de qué se trata, por lo pronto veo que no se mueve y parece ser bastante pequeño, aunque, no por eso, me brinda seguridad.

No me siento convencido de acercarme... ¿Qué hace "eso" allí? ¿Quién lo ha dejado? Y sobre todas las cosas... ¿Qué es? Llevo un buen rato junto a la ventana y no he visto a nadie siquiera acercarse a la casa, sin dudas, mínimamente, es extraño...

Sin pensarlo dos veces grito fuerte - ¡Loco, ven aquí! -quien, siempre un paso adelante, me observa desde la puerta de mi habitación como diciendo... aquí estoy... Comienzo a acercarme lentamente, desconfiando hasta de la araña del rincón, mientras que mi amigo ya se encuentra pegado a la puerta, moviendo intensamente su cola, como si algo lo estuviera llamando desde afuera...

Antes de abrir paso a lo desconocido debo constatar que sea seguro, que nadie se encuentre allí, quizás no sea la mejor opción de todas, - me dije internamente mientras trago saliva buscando valor - pero echaré un vistazo a través del agujero de la cerradura, a la cuenta de 1...2...3...

¡Todo está demasiado oscuro!... Noto que algo se mueve, pero podrían ser las hojas de los arbustos producto del viento, definitivamente esta no es la mejor idea, realmente temo abrir la puerta, aun con Loco a mi lado. Miraré una última vez - me dije, esta vez, intentando convencerme de que eso ayudaría de algo -, sin vueltas me acerco a la cerradura una vez más...

¡Ay, Dios mío! - susurré totalmente paralizado- pude ver su ojo rojo, totalmente sombrío, acecharme a través del pequeño agujero justo en el mismo instante en que me acerqué...

¡Siento tanto pánico! Que mi cuerpo se desvanece e instantáneamente comienzo a darme cuenta de que algo caliente corre por mis piernas... me apoyo sobre la puerta buscando fuerzas y asegurándola al mismo tiempo, mientras observo obnubilado el pequeño charco de orín, alcanzar mis pies...

Intento respirar profundo y mantenerme erguido, entre tanto Loco, totalmente desesperado, no deja de rasguñar el piso con fuerzas, tratando abrir de algún modo, sin dudas, de ser humano, ya lo hubiera hecho...

¿Qué es lo que quiere? ¿Qué busca de mí? ¡Quiero que me deje vivir en paz! - abrí la puerta con una fuerza que aún no comprendo de donde obtuve -

Para su sorpresa, y la mía... ¡Ya no está!... desapareció en cuestión de segundos como si se hubiera esfumado en el aire... Lo que aún sigue aquí es el extraño paquete, por menos de un segundo dude si tomarlo, pero a estas alturas... ¿Qué puede ser peor?

Lo tomo rápidamente y una vez dentro de la casa, cierro la puerta con la rapidez de un rayo, Loco sigue eufórico, olfatea esa cosa, desesperado, ¿qué es lo que huele? Por un momento deseé que mi amigo pudiera hablarme...

Una especie de tela maloliente lo envuelve... sé muy bien quién lo ha dejado, pero... ¿Por qué? No puedo comprenderlo... Quizás el primer paso para hacerlo sea abrirlo...

Pretendo hacerlo, tomando de una punta este trapo, que parece salir de la tumba de algún muerto, dispuesto a que, lo que sea que hubiera allí dentro, cayera por gravedad... ¡Pero nada cayó! Más bien solo un pequeño papel abollado... Lo tomo desconfiado... aunque en este punto estoy dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias:

"Te mostraré lo que no quieres ver"

Se puede leer con una letra perfectamente clara, cosa que no esperaba. No puedo dejar de observar sin comprender absolutamente nada...

¿Eso es todo? - Me dije hasta un poco decepcionado -

¿Mostrarme qué? ¿Qué es lo que no quiero ver?...

EL LABERINTO DE LA SOLEDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora