𝐸𝑙 𝑎́𝑛𝑔𝑒𝑙 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑇𝑜𝑀𝑎𝑛 | 𝑇𝑜𝑘𝑦𝑜 𝑅𝑒𝑣𝑒𝑛𝑔𝑒𝑟𝑠

•°No te vayas°•

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Te amo más que a las gomitas.

Att. T/n Shira Koteshi (para su madre)

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Cuando los chicos por fin salieron de la habitación, Shira los acompaño.

Los hermanos querían molestar un poco a los de la ToMan.

-Oye Linda -El mayor fué el que hablo- ¡No olvides nuestra cita de mañana! -Dijo con una sonrisa mientras pasaban junto a la Toman para irse.

Los chicos se miraron entre ellos y después te miraron a tí.

-¿Cuál cita, Shira? -Mitsuya te miraba entre enojado y preocupado-

-Tranquilo, solo está jodiendo -suspiros de alivio se escucharon por parte de ellos- Nuestra cita es el martes.

Voltearon a verte de golpe y risas por parte de los mayores se hicieron escuchar por el pasillo, los chicos de ToMan los miraron con odio, y cuando estaban a punto de decirte algo tú te adelantaste.

-Tranqui, es broma -Ellos suspiraron aliviados nuevamente-

-Con eso no se juega -Draken te dió un sape y tú te quejaste-

-Ya pues, perdón. Entren -Entraron junto a ti a la habitación. Marcos llegó momentos después-

Su madre estaba muy mal, estaba hablando con ustedes. Bueno. En realidad se estaba como despidiendo pero de forma disimulada.

Te diste cuenta de esto cuando le dijo a tus amigos que te cuidaran en todo momento, les dedicó muchas palabras bonitas tanto a ellos como a tu hermano.

Tu estabas al lado izquierdo se su cama, sentada en una silla; tu rostro estaba cubierto por tu cabello.

Demonios, si necesito golpear a alguien...

-Hija... -Las dulce voz apagada de tu madre te saco de tus pensamientos- Hija... -No querías verla, sabías que ibas a llorar en cualquier momento, no querías escucharla, no querías despedirte- Hija, por favor... Mírame

No querías que tu madre pensara que estabas siendo indiferente.

Volteaste a verla lentamente, la pequeña parte de tu rostro que no estaba siendo cubierta por tu cabello se presentó en su campo de visión.

Estabas roja, tus lindos ojitos azules completamente cristalinos.

Mikey sabía lo que pasaba, así que les dijo a los chicos que salieran para que pudieras expresarte con ella con libertad.

Salieron, pero se quedaron afuera, aunque no observando. No querían incomodarte.

Tu madre le pidió a tu hermano que saliera un momento también, y el le hizo caso.

Con su mano izquierda, Rei apartó un mechón de tu cabello para observar mejor su rostro, tu no querías verla a los ojos.

-Hija... Mírame -Levantaste tu mirada, tus ojos se encontraron con los suyos- Linda, quiero que sepas que...

-No. -Te separaste un poco de ella, pero con delicadeza- No quiero despedirme aún. No me hagas esto.

Tu madre te miraba con tristeza. Sabía que a pesar de que te controlabas, todas esas emociones acumuladas en cualquier momento iban a explotar. Y ella no quería que te guardaras este sentimiento de ahora.