02. No Sabes De Sufrimiento

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Los días pasaban y las discusiones no paraban.

Koga desafiaba a Seiya en sus reglamentos y acciones. Sagitario había cambiado mucho en esos días.

Koga había logrado debilitarlo, cada noche, Sagitario se regañaba por no "comprender" a su hijo. Las discusiones no paraban y las disculpas, de parte de Seiya, dándole la razón, se escuchaban a diario.

Tatzumi no daba crédito a lo que seiya vivía. Sabía que Koga estaba abusando de su corazón de gallo, le tenía cierto aprecio al pelirrojo, pero seiya estaba sobre él, si le dieran a escoger, obviamente eligiria a seiya.

Una noche escuchó otra de las muchas discusiones de ambos, la razón, esta vez, era porque Koga había llegado tarde nuevamente. La rutina se repetía: Seiya gritándole, Koga tirándole todo en cara, y al final Seiya disculpándose... Pero lo peor venía cuando el castaño se agitaba demasiado, era por su ansiedad al perder a Koga. Ya llevaba días así, hasta había llamado a un doctor en varias ocasiones. Todo esa agitación comenzó la primera noche de discusión. Había notado algunas extrañas recaídas en Seiya.

Tatzumi no lo resintió más y llamó al único que tomaría cartas en el asunto.

-- ¿Qué es lo que quieres, viejo? -- se escuchó una gruesa voz provenir de la vía del teléfono.

-- necesito que vengas, es urgente... Se trata de Seiya.

Un mañana, como cualquier otro, padre e hijo tomaban el desayuno

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Un mañana, como cualquier otro, padre e hijo tomaban el desayuno.

Koga andaba con el ceño fruncido y Seiya lo observaba inquieto, la noche anterior habían tenido otro desacuerdo. No era nada grave; Koga quería regresar a palaestra, pero Seiya no estaba seguro si aquello era buena idea, Koga aun estaba herido y él quería cuidarlo... Sin embargo, su hijo confundió sus intenciones y le terminó por gritar varias cosas en la cara. Nuevamente.

"¿ahora me vas a prohibir el entrenar y educarme? ¡¿No te bastó con ya quitarme mi libertad y ahora ésto?! ¡Puede que tú no estudiaste en tu juventud, pero yo si quiero sobresalir y no terminar igual que tú!"

Definitivamente no iba por buen camino el asunto. Seiya carraspeó llamando la atención del pelirrojo. -- amm Koga... Yo quería... -- quería disculparse, por no decir bien las palabras la noche anterior, pero el sonido del timbre en la casa lo interrumpió, el castaño estaba confundido, Tatzumi había salido a comprar unas cosas, pero tal parecía que había olvidado sus llaves.

Observó una vez más al chico frente a él, éste seguía igual: Sin prestarle atención.

Cuando llegó a la puerta y la abrió, esperó ver al viejo, pero no, no era él.

-- ikki... -- Fénix estaba frente a él, con una sonrisa demasiado dulce, algo que sólo él tenía la dicha de ver. -- ¿Qué haces aquí...? ¿No deberías estar en la fundación?

El peli azul sonrió burlesco. -- no creo que los trabajadores de Saori sean tan idiotas sin mi. -- sin previo aviso, tomó al castaño de la cintura y le plantó un dulce y lento beso. Koga desvío su vista, hastiado ante aquella imagen. -- te extrañé, mí pegaso.

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