⏳CUARENTA Y UNO⏳

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Ese “hola” fue suficiente para que Yoongi se desarmara completamente esa noche.

Jimin se acercó completamente a él, de forma lenta y cuidadosa. Parecía querer decir algo y Yoongi no estaba seguro de querer saber que había detrás de esa coincidencia. Estaba tranquilo con el desenlace que estaba teniendo todo y lo menos que buscaba era molestar de alguna forma a Jimin con su presencia.

—Hola… —su respiración yacía atascada en algún punto de su garganta. Se detuvo frente al pelinaranja cuando este se paró delante suyo.

—La fiesta aún no termina, ¿por qué te fuiste?

—No me gustan esos ambientes, ¿recuerdas?

—Recuerdo —respondió Jimin suavemente.

Estaban de pie en medio de la acera. Tenían suerte que a esa hora no había mucha gente transitando por ahí y podían permanecer absortos en su mundo por unos instantes más.

—Okay… creo que —pausó su hablar para voltear a ver el horizonte oscuro, iluminado solo por la luna—… creo que seguiré con mi camino —anunció viendo de nuevo a Jimin a los ojos.

Se hizo a un lado para pasar por el costado de Jimin. Quería llegar a la cama del hotel y tirarse en ella por muchas, muchas horas seguidas.

—En realidad yo… sé que te irás pronto y…

Yoongi se detuvo apenas al dar el primer paso. No alcanzó a rodear el cuerpo del contrario, simplemente se congeló en su sitio, esperando iluso algo que no merecía pero no dejaba de soñar.

—Mañana.

—¿Eh? —confundido alzó la vista que se había mantenido en algún punto, menos en Yoongi.

—Me voy mañana por la tarde.

—Mañana —repitió en un susurro—. Supuse que querrías irte pronto después del evento de hoy y por eso yo… yo necesito hablar contigo.

—¿Debe ser hoy forzosamente?

En el rostro de Jimin hubo un atisbo de decepción que Yoongi no pudo observar. A él realmente le preocupaba perder en algún momento ese autocontrol que había construido durante toda la semana para no correr a verlo, abrazarlo y besarlo.

—Lo necesito.

Yoongi asintió conforme con la respuesta. Sería un egoísta después de que Jimin le dejó contarle toda la verdad en aquella ocasión, era su turno de regresar el favor, por decirlo de algún modo.

No hizo falta mediar palabra cuando ambos estaban caminando hacia la playa. Yoongi iba detrás de Jimin, solo dos pasos alejado. Ese era el límite impuesto por él mismo, porque sabía que de lo contrario, las ansias por sentirlo cerca podían vencer esa barrera invisible que lo mantenía a raya del desastre.

A pasos lentos llegaron al borde, donde la arena empezaba a perderse en las suaves olas que el océano empujaba. Se quedaron de pie ahí, frente a la luna que brillaba majestuosa por encima de ellos, siendo la única testigo de lo que ambos dirían esa noche.

Pasaron algunos segundos antes de que alguno de ellos tomara valor para empezar la plática. Yoongi no tenía nada que decir en realidad. Él ya había dicho todo lo que guardaba, ya no había sentimientos escondidos en aquel baúl doloroso que mantuvo por años atascado en sus entrañas. Pero al parecer Jimin aún mantenía dudas escondidas. Dudas que él esperaba poder disipar esa noche.

Era lo menos que podía hacer.

—El casino quedó impresionante —empezó Jimin—. Estoy seguro que será un completo éxito.

Después De Ti [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora