La manada de los lobos crecientes ha sobrevivido a todos los conflictos de Nueva Orleans, quieren unificar su linaje con la boda de Hayley Labonair y Jackson Kenner, con lo que no contaban es con la aparición de seres milenarios que amenazan su pode...
Sheila miraba con molestia su libro, quería con todas sus fuerzas que se acabaran las clases para ver a sus padres de nuevo, pero sobre todo para alejarse de todos los que la miraban como si fuera a explotar, todos lo sabían, sabían que Inadu la había utilizado, sabían que su magia no era pura, deseaba con fuerza que pasara rápido ese mes, para poder convertirse en hibrido y olvidar que alguna vez tuvo magia.
-No los escuches.-dijo Cody sentándose tras ella, lo había perdonado, ahora estaban juntos, aunque Sheila se lo había puesto difícil, un nuevo comienzo, le dijo Cody.
-Ojala fuera tan sencillo.-susurro escuchando a una chica burlarse, rompió el lápiz en su mano y gruño, Cody se acerco a su oído.
-Ellos no saben lo especial que eres, tan especial que eres la única Labonair con magia.-dijo hablándole al oído, ella se estremeció y lo miro de reojo.
-Pronto seré como todos los demás Labonair.-dijo Sheila seria.
-Estas segura que...
-Eres un vampiro, los Labonair terminan conmigo.-dijo molesta.
-Oye.-dijo Cody acercándose a su lado, ella se giro y el la beso, se alejo apenada y mirando alrededor.
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-Sabes que mi tía es la directora, que ahora mi padre enseña aquí y que mi madre es un hibrido que te despedazaría?.-dijo divertida.
-Vale la pena el riesgo.-dijo besándola en la mejilla y sonriendo cuando Jackson entro, el los miro a ambos con recelo.
-Haremos equipos nuevos este año.-dijo Jackson señalando a Cody, el rio y asintio.
En el Bayou.
Hope estaba parada frente al lago viendo a su madre entrenar con los lobos cuando su tío llego a su espalda, pudo sentirlo, había descubierto tantas cosas de si misma esos últimos 2 meses, lo que era ser un vampiro, lo que era ser tan poderosa e imparable como siempre le habían dicho que seria, justo hoy cumple 18 años, aunque ya nunca podría tenerlos.
-No eres tan sigiloso como pensé, tío Elijah.-dijo Hope sonriendo.
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