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𝑨𝑽𝑬𝑳𝑳𝑨𝑵𝑬𝑫𝑨 - 𝑨𝑹𝑮𝑬𝑵𝑻𝑰𝑵𝑨
𝘓𝘜𝘕𝘌𝘚 23 𝘋𝘌 𝘔𝘈𝘙𝘡𝘖, 2015

Vivir en una casa lejos de la ciudad, rodeada de grandes hectáreas de césped verdoso y un amplió jardín con vecinos a casi dos calles de separación era algo que Rebecca nunca se hubiera imaginado. Sin embargo, desde el momento que decidió cambiar de vivir en medio de una ciudad a una casita casi lejos de todo, su vida se vio envuelta en un ambiente lleno de paz y tranquilidad, y eso le encantaba.

Sobre todo aquellos momentos especiales, en los que simplemente eran Nicolás y Becca. Solo ellos dos, sus cuerpos cubiertos por una sábana blanca y el cálido sonido de las aves en las mañanas, acompañado de las suaves caricias de su pareja y los besos húmedos que dejaba en su cuello apenas despertaba. No obstante, ese día parecía ser diferente a los demás.

Esperando despertarse con el canto de las aves, como habitualmente solía hacerlo, esta vez el fuerte tono del timbre fue lo que se escuchó a través de los oídos de la sanfranciscana. A pesar del sueño que aún tenía encima, la mujer tomó la camisa de su pareja y salió de manera sigilosa de la habitación, dirigiéndose velozmente hacia la puerta para detener ese irritante tono de su timbre, esperando que el jugador no fuese capaz de escucharlo y que siguiera en su profundo y tranquilo sueño.

── ¡Ya voy! ¡Ya voy! ──abrió con sigilo la puerta, asomando levemente su cabeza── ¿Gracie?

── Hola... ──sonrió── Sorpresa...

── Hola... ──alzó sus cejas, tallando su ojo── Vaya, no esperaba tu visita tan pronto. Ven, pasa, pasa.

Jamás se hubiera esperado que la persona que había tocado el timbre de su casa sería nada más que Irina Taylor, o más conocida como la famosa artista Riri. Aunque sin embargo, para Rebecca ella simplemente era Gracie, su prima casi hermana mayor, una persona completamente normal como todas las demás.

── Te traje café.

── Gracias ──sonrió, levemente── Ahora mismo me vendría muy bien un café... ──se sentó en una silla de la cocina── Siéntate donde quieras, estás en tu casa.

── Gracias ──tomó asiento en la silla frente a ella── ¿Nuevo perrito?

Becca se inclinó levemente, encontrándose con su pequeño cachorrito sentado a un lado de su silla mirándola. Definitivamente, la imagen frente a sus ojos era tan adorable que sentía que se iba a morir de amor.

── Si, nuevo perrito ──aclaró── En realidad son dos, pero su hermanita seguramente está durmiendo en la habitación ──sonrió── Él es Galo, nuestro bebé hermoso. Y la otra es Roma, que es un poquito más dormilona y vaga que Galo, quizás la veas luego.

── Son bonitos ──rascó sus orejas── ¿Cómo estás?

── Pues estoy bien, bastante bien ──dió un sorbo a su café── Me acomodé muy rápido aquí. Aunque aún me estoy acostumbrando al cambio climático y a la diferencia horaria, poco a poco.

── ¿Y ese chico del que me hablaste?

── ¿Quién? ¿Nicolás? ──frunció su ceño── ¿Qué pasa con él?

── Nada, digo si tienes algo que contarme.

── Bueno, no tengo nada nuevo para contarte, Gracie. Estamos juntos, vivimos juntos, tenemos dos cachorros juntos... ──suspiró── Pero sigo escondida ante todo el mundo, nuestra relación solo la sabemos nosotros dos, y bueno ahora tú también.

── ¿Y hablasteis de eso?

── Si, lo hemos hablado algunas veces... Nico no quiere hacerlo público, no quiere que la gente empiece a hablar sin saber y digan cosas que no son, que inventen cosas sobre nosotros. Porque un día salió con una desconocida y al siguiente ya estaban mudándose juntos a otra ciudad, siempre me dice que no quiere que hablen sobre los dos, que inventen rumores o chismes sobre nosotros y que eso afecte mi carrera, mis proyectos o mis agencias.

𝐈𝐍𝐂𝐎𝐍𝐃𝐈𝐂𝐈𝐎𝐍𝐀𝐋;𝙉𝙞𝙘𝙤𝙡𝙖𝙨 𝙏𝙖𝙜𝙡𝙞𝙖𝙛𝙞𝙘𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora