Capítulo 32

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Luego de que Lyra termino de contarle había tenido miedo de como ella fuera a reaccionar. Claro que había omitido ciertos detalles

Pero aun así no se imaginaba la cara de incrédula que ella tendría -estas bromeando...

Lyra se sonrojo y negó con la cabeza como si las palabras no fueron suficientes -no... no lo hago

-¡¿Qué?!- su vaso se soltó de su mano estrellándose contra el piso

Ambas chicas dieron un respingo por la sorpresa -perdona... -menciono Andrea – yo lo recojo, yo...

-No. No -Lyra se acerco hasta ella tratando de detenerla y con la intención de levantarla porque ella se había agachado a recoger los vidrios -detente...-le pidió – te harás daño. -le agarró de la muñeca, pero ya era tarde. Se habia cortado con uno de los pedazos

-Auch...- su mano viajo hasta la altura de sus ojos para apreciar mejor la herida

Entonces los ojos mieles de Lyra se posaron en su dedo y noto la gota de sangre que se derramaba de este -te dije que te harías daño – le reprocho y de pronto parecia enojada- iré por el botiquín de emergencia. Te lavare y vendare ese dedo, yo...

Pero entonces noto como Andrea se alejo de ella -no. No. No es necesario -negó -creo... creo que ya me tengo que ir

-Pero...-sus hombros se hundieron -¿no te ibas a quedar?

-No yo... me llamaron hace poco. Me tengo que ir ahora -salió de la cocina

Lyra fue atrás de ella hasta alcanzarla-pero tu ropa esta arriba ¿no te llevaras el bolso que trajiste?

-No. Yo...- y mientras retrocedía se fue medio tropezando con los muebles de la sala, aun así, se reincorporo al instante – lo... lo recogeré mañana- entonces finalmente se fue

Y Lyra se sintió como que había perdido.

***

Andrea salió a la noche fria y miro hacia el cielo perdida, o quizas buscando respuestas para ser encontrada. Ella no se marcho porque estuviera enojada con Lyra. Mas bien fue porque se había perdido, la noticia la desconcertaba y trastornaba por partes iguales. Era como escuchar decir que podías sacar leche de una piedra. Absurdo

¿James?

¿James y Lyra?

Se subió al primer auto que vio y se fue rumbo a su casa

Miro por la ventana y se le ocurrió que quizás Lyra era victima de James. Quizás esto solo era un plan maquiavélico mas de el para hacerla sufrir. Quizás lo estaba fingiendo con la intención de luego romperle el corazón a su amiga

Ella frunció el ceño.

No. No lo permitiría. Le pondría un punto final a esto y lo enfrentaría. Ya hablaría con Lyra después. Pero primero tenia que reunirse con aquellos ojos fríos de aquella vez en su infancia.

Apretó sus manos en puños.

Si esto era una broma cruel... si esto era un juego, lo mataría.

***

-Creo que me odia – fue lo que confeso Lyra a la mañana siguiente sentada en la mesa - esperaba quizas alguna ronda de preguntas. Un interrogatorio, pero no que huyera.

James aun no podía creer que se lo había contado -no es de sorprenderse. ¿Que no estará pasando por al cabeza de aquella mujer?

Lyra lo miro suplicante- James....

El suspiro – no se que puedo decirte o darte para aliviarte de esto. Ha sido tu mejor amiga toda tu vida. Yo... yo no tengo realmente gente así de cercana.

La muchacha hundió su cabeza en la mesa

-No hagas eso -dio unos golpecitos en la madera - ¿Sabes la solucion? solo tendrás que levantar la cabeza y asumir la vida

-¿Asumir la vida?

-Te levantas. Das un paso, y luego otro. Y repites. Así es como enfrentas a la vida y lo que debe hacerse. Soportas y resistes.

-¿Eso es lo que tú haces?

-Es lo que todos hacemos – y toma su tenedor para seguir comiendo

-Quizás fue muy pronto para confesárselo... ni siquiera me dejo agregar más cosas...

-¿Querias darle detalles?- la mira extrañado con ceja enarcada

-¡No esa clase de detalles James!- le grito entre molesta y avergonzada

-Nadie ha dicho eso. -se excuso calmado

-Conozco tu mirada -sus ojos se entrecierran acusadores -esa mirada.

-¿Yo? Tu no me mires así -la apunto con el tendero

Y justo ahora se sentía como una conversación de las que solían tener en la infancia. Como dos personas tratándose con la cercanía que solo proporcionaba años.

-Me refería a que fue muy pronto. Ni siquiera nosotros hemos concretado lo que es esto. Lo que tenemos -entonces bebió de su jugo

-¿No? ¿Y que tenemos? ¿Qué hay que concretar? Somos novio y novia. Y estamos comprometidos

Lyra esta vez sí que se atraganto. Tosió. Y James se apresuro a levantarse y darle unos leves golpecitos en la espalda -¿estas bien?

-¿Qué... que dijiste....?- pregunto entre cada tosida mientras trataba de taparse la boca con la servilleta de tela

-¿Qué?- James parecía genuinamente confundido

-¿Cómo que novia?

-Lo eres. Lo somos

-¿Desde cuándo?

-Pensé que estaba explicito desde que nos besamos

-Ni siquiera me lo has preguntado ¿y quien esta prometida?

El muchacho suspiro -¿Por qué esto es tan complicado? En mi cabeza es mucho más simple – se apoyó de espaldas contra la mesa colocando sus manos en la madera casi como recostándose un poco -Me gustas, y yo te gusto ¿Qué más hay que explicar?

-No somos prometidos

-¿No lo quieres? Podemos casarnos y te vuelvas directamente mi esposa

-¡Ese no es el problema!- se levanto de un salto -tú vas muy rápido. -acuso - Prometiste ir lento

James sabia que Lyra tenia razón. Desvió su vista de ella sabiendo que a veces se excedía – disculpa, a veces se me hace difícil controlarme. He esperado muchos años. -suspiro resignado -pero tienes razón, esperare. Siempre esperare por ti. – y la mira

Lyra asintió mas calmada conmovida por la calidez de su mirada

Y luego de un rato – sabes, si Andrea se fue ayer -dijo -debiste haberme avisado.

Lo mira al instante en un brusco movimiento -No entrarías en mi alcoba -declaro

-Tu podrías entrar a la mía -dijo gesto sugerente

-¿No se supone que estas yendo lento, James?

Entonces el se acerco hasta ella riendo y tomándola de la cintura. Una cercanía que ahora el lo hacia como si esto fuera natural. Si fuera lo normal. Si fuera lo de siempre, o como siempre ha sido. -prometo no hacer nada. -dijo - Yo prometo ir lento, pero tu concedeme algo. Solo una cosa Lyra... solo una- casi es un ruego

Sintió su propio nerviosismo en la cercanía y en su toque. Su cuerpo cerca del suyo reaccionando. Su aliento cerca de su piel -¿C-cuál...?

Sus ojos azules mirándola -Durmamos juntos

La intrusa en la casa del millonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora