Parte 4

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Quité rápido la mirada avergonzada y proseguí bailando, aunque la imagen de Violeta besándose con aquella chica no se iba de mi mente.

Martin siguió bailándome hasta que llegó Juanjo para llevárselo a algún sitio a hacer no quiero saber el qué por lo que yo me fui a pasar el rato con el resto del grupo.

Eran pasadas las 3am cuando Denna se acercó a mí.

- Kiki, ven que te quiero presentar a alguien –Sin darme opción me agarró la mano y me arrastró por toda la pista de baile –Te voy a presentar a mi mejor amiga, al principio puede parecer un poco arrogante, sobre todo si tiene a Salma cerca, pero dale una oportunidad porque es de las mejores personas que conozco.

- Sabes que no suelo caer bien a la gente, Almu –Realmente estaba muy preocupada porque mi personalidad no solía gustar –Y menos si son alfas

- Es una alfa –Me interrumpió Denna –y Salma también.

- ¡Denna! –Ahora sí que estaba jodida

- Venga, que yo estoy contigo, no va a pasar nada –Intenté reclamarle otra vez, pero e interrumpió gritando –¡Violeta!

¿Cómo? ¿Qué ha dicho?

De entre la gente apareció aquella mirada que me había estado rondando la cabeza toda la noche. La pelirroja abrió mucho los ojos y sonrió ampliamente.

- Denna, que guapa estás –Las dos chicas se abrazaron fuertemente a carcajada limpia. Mi loba interior se revolvió al escuchar esa risa por lo que tuve que coger aire para calmarme.

- Vio, te presento a Chiara, es una de mis mejores amigas

Violeta se puso delante de mí sonriendo, enseñando los dientes tan blancos que portaba y tendió una mano hacia el frente

- Un placer, Chiara –Aunque usó una voz rasgada, que hizo que me temblasen las piernas, conseguí agarrarle la mano firmemente

- Lo mismo digo, Violeta –Intenté que mi voz saliese lo más firme posible fallando en el intento ya que se me rompió la voz a media frase causando una sonrisa un poco más amplia de lo normal

- Si queréis un poco más de privacidad, os invito a una copa en el despacho –Nos ofreció Violeta

- ¡Denna! –Se escuchó un grito desde el medio de la pista de baile –¡Denna, ven a bailar conmigo! –Reconocí a Ruslana casi de inmediato y me sorprendía que estuviese tan valiente

- Me reclaman, pero Kiki, ve tú y luego me uno yo, asi os conocéis un poco mejor que nada me haría mas ilusión que eso

Denna desapareció entre la gente haciendo que Violeta y yo nos quedásemos a solas. No sabía cómo iniciar la conversación por que la vergüenza me mataba, pero al verme en esa situación fue ella la que inició la conversación

- Yo te guío, no te pierdas que si no Denna me mata –Solo pude asentir y empezar a seguirla

En una de las paredes laterales había una puerta negra custodiada con uno de seguridad que, al vernos, nos abrió la puerta.

- Carlos –Se dirigió al hombre de seguridad con una voz autoritaria y muy lejana de la voz que había usado conmigo –Cualquiera que quiera entrar al despacho me avisas antes, que tengo invitada

El hombre asintió sin decir nada y nos adentramos por la puerta que llevaba a una escalera ascendente. Al final de las escaleras había un gran portón con el logo de la discoteca en cada una de sus puertas.

- Perdón si está un poco desordenado, hoy ha sido un día ajetreado –Dijo abriendo las puertas dejándome ver un despacho impecable. Si esto era desorden para ella, fliparía si viese mi casa. –Ponte cómoda –Me ordenó mientras tecleaba algo en una pantalla que había en una de las paredes.

- Gracias –Dije sentándome en uno de los sillones –Es muy bonito el despacho –Sí, se que es un comentario hiper básico, pero tampoco se me ocurrió nada mejor que decir.

- El diseño de interiores es una de mis profesiones frustradas –Explicó –Una de tantas –Tomó asiento a mi lado haciendo que estuviésemos más cerca de lo que pensaba ya que su rodilla chocaba con la mía haciendo que me pusiese más nerviosa de lo que ya estaba.

- ¿Estás bien? –Violeta pasó una mano por detrás de mí, reposándola en el cabecero del sillón

- Si, es solo que la situación me es un poco rara, no suelo conocer a gente nueva, no me gusta.

- Bueno, pero tu y yo ya nos habíamos visto antes –Dijo sin pelos en la lengua lo que hizo recordar

-Cierto –Quité la carcasa del móvil para poder sacar el billete –Se me olvidaba que quería devolverte esto –Violeta empujó mi mano hacia mi pecho y negó con la cabeza

- El arte se paga y es lo que yo quise hacer –El sentir su mano sobre mi pecho no hizo más que agravar mi estado de nerviosismo provocando que soltase alguna feromona de manera inconsciente. Violeta cogió aire fuerte y me miró pícara –Definitivamente no estás bien –Me llevé las manos a la cara avergonzada

- Perdón, esque me cuesta controlarlo –Violeta se acercó más a mi haciendo que nuestros hombros chocasen entre ellos. –Al no tener alfa, de repente me vienen estos ataques, no sé muy bien por qué –Violeta rio mientras me miraba y soltaba alguna que otra feromona de alfa –Violeta –Me llevé la manos a la cara tapando boca y nariz –Necesito que pares, por favor –Puso una mano en mi muslo y lo acarició lentamente haciendo que me retorciese en el sofá

- Hueles tan malditamente bien –Metió la cabeza en el hueco de mi cuello para ocultar sus ojos que ya empezaban a estar ligeramente rojos. Puse la mano sobre su mano para que la dejase quieta.

- Violeta, lo siento mucho, esto no suele pasarme

- A mi tampoco, pero no puedo aguantarlo más –Violeta dejó un beso en mi cuello provocando un escalofrío que recorrió toda mi espina dorsal y soltando todas las feromonas que podía para evitar que Violeta se alejase de mi

- De verdad que lo siento –Yo no salía del bucle de pedir perdón porque si avanzásemos seríamos unos parias de nuestra sociedad –Pero ser una omega sin alfa hace que el autocontrol desaparezca al tener un alfa delante

- No fue lo que vi con el alfa de pacotilla que quería beneficiarse como fuese –Seguidamente puso las manos en mi cadera tirando de mi obligándome a sentarme en su regazo quedando nuestras caras extremadamente cerca. Negué con la cabeza

- La realidad es que no me suele pasar con nadie, no entiendo nada –Dije muy confusa

- Pues déjame aclarártelo yo –Puso sus manos en mi culo y apretó sugerentemente provocándome un gemido

- Violeta, no creo que sea lo mejor –Cogí un poco más de distancia para evitar todas las tentaciones de comerle la boca –No creo que a tu pareja le haga gracia.

Violeta se separó bruscamente mirándome extrañada como si acabase de contar que los alienígenas conviven con nosotros.

- ¿Mi pareja?

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¡Hola!

Primero pido disculpas por no haber actualizado ayer, pero aquí os traigo un nuevo capítulo,

¡Os leo!

Sin miedo a nada - Violeta y ChiaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora