꒰★+꒱𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐒𝐎𝐔𝐋*ੈ✩‧₊˚
𝐋𝐀 𝐋𝐔𝐙 𝐒𝐄 𝐅𝐈𝐋𝐓𝐑𝐀𝐁𝐀 𝐀 𝐓𝐑𝐀𝐕𝐄́𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀𝐒 𝐕𝐄𝐍𝐓𝐀𝐍𝐀𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐎𝐂𝐇𝐄, pintando el interior de un tono dorado. Ethan conducía con serenidad, siguiendo el ritmo pausado del tráfico dominical. A su lado, Lucifer estaba absorto en un juego en el móvil de Ethan, sus dedos surcando la pantalla táctil con una rapidez envidiable.
La música ambiental fluía suavemente por el equipo de sonido, creando una atmósfera de paz y tranquilidad. De vez en cuando, Ethan lanzaba una mirada a Lucifer, quien sonreía sin apartar la vista del juego.
Ethan, con la mirada fija en la carretera, redujo la velocidad hasta detenerse por completo frente a la entrada del estacionamiento del centro comercial. Un guardia de seguridad se aproximó al vehículo con paso firme.
El chico bajó la ventanilla del auto. El guardia, al observar el rostro de Ethan, pareció reconocerlo y le dijo con voz áspera: "Adelante, señor. No hay problema". Ethan le agradeció con un leve movimiento de cabeza y continuó su camino hacia el interior del estacionamiento.
Ethan estacionó el auto en uno de los tantos lugares vacíos disponibles. Lucifer levantó la mirada del móvil cuando sintió que el motor del auto se apagaba.
—¿Dónde estamos?—Pregunto Lucifer entregándole el móvil al albino.
—En el centro comercial—Dijo desabrochándose el cinturón de seguridad y bajar del auto.
Las puertas del auto se cierran automáticamente a sus espaldas, dejando a Lucifer en un silencio sepulcral. Ni un alma a la vista. Extrañado, dirige su mirada hacia Ethan, buscando alguna pista en su rostro. Pero Ethan, para su sorpresa, no parece ni un poco sorprendido por la falta de gente. De hecho, una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios.
Un hombre de cabellos castaños se acerca al rubio, estrechando su mano con firmeza.
—Señor Ethan, es un gusto conocerlo en persona—Saluda con una sonrisa cordial—Mi nombre es Liam Miller, Soy el gerente de este centro comercial.