Reina

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Rika Orimoto. Apodada como la Reina de las Maldiciones al encarnar como un Espíritu Maldito de Grado Especial al su alma ser atada por Yuta Okkotsu por no poder aceptar su muerte.

Poderosa es decir poco, ella es casi invencible. Es genuinamente extraordinaria. Pero todo esto es de "Rika", el espíritu que sigue las órdenes de Yuta, ¿qué hay de Rika Orimoto en realidad? Su vida y muerte. Veamoslo.

- ¡Aah! Uh uh uh... ¡Aaah! - Una mujer gritaba en una sala de hospital. Siendo atendida por las enfermeras y el médico en turno. ¿La razón? Estaba dando a luz. - ¡Mierda-aaah! -

Era un dolor inimaginable. Pujo con intensidad durante varios minutos, el tiempo pasaba tan lento que no podía decir exactamente cuánto llevaba en labor. Pero finalmente lo escuchó. Un llanto infantil.

- Felicidades, es una niña. - Dijo el médico partero acercandole a su bebé. Era una hermosa recien nacida. Su "instinto materno" se activo al momento en que la tomó entre brazos.

- Voy a protegerte toda mi vida... - Susurró. Una pena que esto no llegaría tan lejos. - Tu nombre será "Rika". -

Rika Orimoto, ella creció como una niña normal por sus primeros años de vida. Hasta que algunos cambios fueron notados por su madre.

- Ven Rika, vamos a darte un baño. -

- ¡Sí, mamá! -

Ambas fueron a la tina, llena hasta el borde de cálida agua y espuma.

- Bien, déjame quitarte esto. - Comenzó por levantar su blusa azul, luego le quito sus calcetines de osito, y bajó su short. - ¿Qué es... Esto? - Se preguntó.

Al bajar su ropa interior pudo ver un fino hilo de sangre. Algo que no debería presentarse en una niña de apenas y casi ocho años de edad.

- ¿Sucede algo, mami? - Preguntó inocentemente.

- Ah... No. No te preocupes. - Respondió tras llevarse la mano a la frente en un intento por parecer tranquila.

Luego del baño, llegó el esposo de la madre de Rika, cenaron y se fueron a dormir.

- ¿Sabes que vi hoy? Es muy extraño pero... - Su esposo le miró de reojo. - Creo que... Tal vez Rika tenga un problema. -

- ¿Un problema? ¿De qué tipo? -

- No lo sé. Pero vi algo de sangre en su... Ya sabes, ropa interior. -

- Oh... ¿Es por eso que estabas tan callada en la cena? Por un momento creí que era mi culpa. -

- N-no es momento de bromas. ¡Nuestra hija puede estar enferma! - En respuesta, el hombre solo giró los ojos.

- Bien. Llévala al pediatra, es todo. Te daré dinero más tarde. - Gruñó de mala gana.

La pequeña Rika mecia sus pies hacia atrás y hacia adelante mientras se encontraba sentada sobre una silla del consultorio viendo a los peces dorados del doctor. En la misma sala, otros niños jugaban esperando a sus padres, pero ella no era como ellos. Si bien sentía gusto y se divertía al jugar, no podía decir que encajaba con ellos, no del todo. Sus ojos se deslizaron junto al movimiento de los peces.

- Sus branquias se abren y cierran... -

Dentro, el doctor hablaba con su madre.

- Señora Orimoto. Verá, no tiene de que preocuparse. Rika solo presenta un caso de pubertad precoz, su cuerpo a comenzado a desarrollarse antes de tiempo. Pero le aseguro que podrá tener una vida normal. - Explicó.

- Y-ya veo. ¿Pero es seguro que no le afectará? -

- Bueno, sin duda tratar con el flujo será molesto para una niña tan joven. ¿Qué tal si le da las charlas necesarias? Y compre productos de higiene femenina, por favor. -

Jujutsu Kaisen { Reina } Donde viven las historias. Descúbrelo ahora