Capitulo 9

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KAT'S POV

El chico se gira para ver al recién llegado

-¿De que hablas?- le preguntó

-No jueges conmigo Alec, sabes bien a lo que me refiero.

Con que su nombre es Alec... Es un nombre bonito, una pena que no lo vaya a seguir usando durante mucho tiempo.

- ¿Serías tan amable de explicarlo?

- ¿De verdad me vas a hacer decírtelo?- al ver que Alec seguía en silencio siguió hablando-. Ambos sabemos que lo único que has dicho desde que entraste en esta casa son mentiras ¿De verdad pensaste que sería tan tonto como para tragarme esa historia?- ¿que historia? -. Ya veo que si. Sinceramente el arte del engaño no es tu fuerte ¿se cayó hace algunos días y todavía no se ha despertado? El caballo debía de ser bastante alto y el suelo muy duro, ¿no crees? O quizá simplemente esta muerta. En ese caso puedo ordenar a mis sirvientes que caben en un hoyo en algún lugar de la montaña para enterrar su cuerpo. No queremos que la casa huela a rancio.

¿De quien hablaban? ¿de mi? El hombre decía que una chica se había caído hace unos días del caballo y todavía no se había despertado. ¿Se referirá a mi?    No era una idea tan descabellada, al fin y al cabo se suponía que yo estaba inconsciente. 

En ese caso tenía bastante claro lo poco que me agradaba ese hombre ¿Como se atrevía a hablar con tanto descaro? Y además lo hacia con esa sonrisilla sarcástica plasmada en el rostro. Estaba claro que de tal palo tal astilla. 

Odiaba a la gente como el, que creía que podía decir y hacer todo lo que quisiera sin sufrir ninguna repercusión por ello. Yendo por ahí como si el mundo les perteneciera y mirando a todos por encima del hombro. No entendía porque se creían mejores al resto ¿acaso alguno de los muchos dioses en los que creían la gente de este reino había estado presente en su nacimiento y lo había nombrado como un ser superior? Lo dudo mucho. 

Estaba esforzandome tanto para no salir de esa esquina y achicharrar a esas dos personas insolentes hasta que no quedasen de ellos ni los huesos, que no me dio tiempo a reaccionar cuando el hombre camino hacia la esquina en la que me escondia y me cogio del hombro. Para cuando quise darme cuenta ya me habia empujado para que quedara colocada entre él y su hijo.

- Quiza deberiamos preguntarle a ella cual es su versión de la historia. 

Al ver la cara de Alec vi como su expresión cambiaba de una de odio (¿odio? ¿por qué?) a una de confusión para después borrar cualquier rastro de emoción su rostro. 

- Bueno jovencita ¿sería tan amable de darnos su versión de los hechos?

No le respondí, en esos momentos estaba demasiado ocupada intentando descifrar porque su hijo parecía tan enfadado con su padre como yo. ¿Podría ser que a él tambien le hubiese enfadado la forma en la que su padre había hablado de mi? No, no puede ser probablemente sea porque a él también le ha hablado así. Pero... Durante el poco tiempo que viaje con él siempre llevaba esa fría expresión en rostro, nunca mostró ningún tipo de sentimiento.

- ¿Oiga, que le pasa?- dijo al ver que no le contestaba -¿Su cerebro es tan pequeño que no da para responder a esa pregunta o qué?

Eso lo hizo. En ese momento toda la ira que llevaba dentro de mi explotó. Alec debió de ver como algo cambiaba en mi rostro porque dio un paso hacia mi como para detenerme pero yo simplemente invoqué mis poderes y lo lancé hacia la pared.

Me gire para encarar al hombre. Lentamente me fui acercando hacia su temblorosa figura hasta quedar a un solo paso de distancia de él. Con un ademán le envié un racha de viento que lo mando volando hacia la pared y lo mantuve allí aplicando un poco de (como yo la llamo) fuerza mental. 

-¿Acaso tienes deseos de morir? 

En vez de lucir aterrorizado como antes, empezó a reírse acarcajadas, como si le hubiese contado el chiste mas gracioso de la historia. 

- ¿Y acaso tu tienes el valor para matarme? Solo eres un chiquilla. ¿Cuantos años tienes? ¿15? ¿16?- volvió a reírse -No, no creo que lo tengas.

Aunque seguia bulliendo de ira, sabía que él tenía razón, así que hice lo único que se me ocurrió en aquel momento. Correr. 

Me di la vuelta y volví por donde había venido, con la esperanza de encontrar la salida. Giraba esquinas y bajaba escaleras, pero la casa parecía un laberinto. Todos los pasillos eran iguales y desgraciadamente a nadie se le había ocurrido la idea de poner señales en las esquinas. De verdad, ¿como esperaban que un invitado suyo encontrase el baño? ¿o que alguien que estuviese huyendo encontrase la salida?. Tch. Menudos desconsiderados.

Al fin tras mucho correr pude ver unas grandes puertas de madera en medio de una sala que parecía un recibidor. Con energías renovadas empezé a correr mas rápido. 30 pasos, 20 pasos, 10 pasos... Cuando ya casi había llegado Alec apareció de la nada. Y cuando digo de la nada lo digo literalmente, un segundo no había nadie y al siguiente ahí estaba él. 

- No te dejaré irte.

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ANTES QUE NADA SE QUE POSIBLEMENTE QUERAIS MATARME POR HABER TARDADO TANTO EN ACTUALIZAR PERO ESTABA MUY OCUPADA CON LOS EXAMENES FINALES Y LOS ENSALLOS EXTRAS PARA MI ACTUACIÓN FINAL DE BALLET ASÍ QUE PARA COMPENSAR MAÑANA SUBIRÉ OTRO CAPÍTULO.


La fugitiva del temploDonde viven las historias. Descúbrelo ahora